«Desgraciadamente, el voto de izquierdas en esta provincia se lo ha llevado el PSOE» «La fundación Villalar fue una iniciativa de IU»

Germán Fernández es un veterano en política. Tras su paso por la Diputación provincial, su visión sobre la política y las instituciones difiere de lo que habitualmente se escucha en el resto de partidos políticos. -¿Cuál es la situación actual de IU en la provincia de León? -La situación actual, como organización, es la misma que hace años. En lo que supone la representación, es evidente que no tenemos en los dos ayuntamientos más importantes, que son León y Ponferrada. Tampoco en la Diputación. Seguimos manteniendo representación en 24 municipios de la provincia. Esta es la situación numérica. Todo ello se traduce en una importante escasez de medios, ya que no recibimos las aportaciones que antes llegaban de los diputados provinciales, ni las de los concejales y alcaldes de muchos ayuntamientos. Nuestra financiación se basa íntegramente en las aportaciones de los 400 afiliados que tenemos y de los cargos públicos y los grupos municipales. -¿Cómo lleva la coalición que usted dirige no haber sacado representación ni en la Diputación provincial ni en las Cortes de Castilla y León tras el trabajo realizado? -Con una desilusión inicial que ya hemos analizado y de la que nos hemos sobrepuesto. Ahora seguimos analizando la situación política y económica de esta región y aunque en esta provincia no, en el resto de Castilla y León y de España somos la tercera fuerza política. Curiosamente, la ley electoral otorga a partidos como la UPL, que han obtenido a nivel regional en torno al uno por ciento, representación. Sin embargo, IU, con cerca del cinco por ciento de los votos, no la tiene. -Pero, ¿realmente transmite IU su mensaje de forma racional y efectiva a la opinión pública? ¿Falla la propagación del mensaje o el fondo del mismo? -En esta provincia, las propuestas de IU pasan por la reducción de jornada laboral, la política educativa, sanitaria, de sector público, etcétera, son similares a las del resto del país. El votante de izquierdas sabe que esto es así y que se realizan políticas sociales. Sin embargo y desgraciadamente, en León, este voto de izquierdas se ha ido al PSOE. Nosotros, posiblemente, también tenemos una responsabilidad en todo esto. Quizás no lleguemos a transmitir del todo nuestro mensaje. En esta provincia, la gente percibe que no hay horizonte de futuro, aunque cuatro políticos profesionales vendan lo contrario. La gente se va y León pierde miles de jóvenes de los que muchos son votantes, reales o potenciales de IU. El voto de las personas mayores, en gran parte de los casos, tiene otras tendencias más conservadoras. -La postura de IU en el País Vasco está restando votos a su coalición en el resto de España. ¿No cree que es porque la gente no entiende los apoyos, explícitos o tácitos, al independentismo? -La gente no entiende los apoyos porque la gente sólo conoce una versión, la del PP y la del PSOE, que es muy similar y que se traduce en la voz en muchas comunidades, entre ellas la nuestra. Si los ciudadanos conocieran la postura de IU en el País Vasco, posiblemente podrían decidir libremente si está siendo correcta o no. Pese a los errores que se pueden cometer, IU es la única fuerza nacional que está tendiendo puentes entre los partidos democráticos nacionalistas y no nacionalistas en el País Vasco. Si falla IU en el País Vasco, lo que queda es en enfrentamiento total entre los partidos democráticos nacionalistas o no. Hablamos siempre de los partidos ajenos al terrorismo, porque a IU nadie le puede decir que haya apoyado ni haya tenido posturas tibias en contra del terrorismo. -Pero, curiosamente, ustedes apoyan a la izquierda vasca y al nacionalismo y, sin embargo, rechazan el regionalismo de la UPL. ¿Por qué motivo? -Nosotros no rechazamos el regionalismo de la UPL ni apoyamos el nacionalismo vasco. Tenemos una concepción nacional e internacionalista, pero como un estado federal. El pueblo vasco tiene una identidad propia y, sin embargo, el leonesismo no tiene ninguna consistencia ni histórica, ni cultural, ni lingüística, ni política. El leonesismo es un invento de la derecha local para crear en esta provincia otro centralismo, que es el de la capital frente a la gran diferencia que hay con el resto de la provincia. León es una ciudad de comarcas, el Bierzo, Sajambre, Tierra de Campos, etcétera. Sin embargo, esto del leonesismo no es otra cosa que el caciquismo decimonónico. Son una serie de políticos profesionales asentados en la capital que usan el hecho de ser o de vivir en un invento como la provincia de León, que no tiene más de 200 años, para medrar ellos. -¿Realmente existe conciencia regional entre los leoneses? ¿Se creen de verdad esta comunidad? -No. Ni los segovianos, ni los sorianos, ni los salmantinos... La conciencia regional de los leoneses es la misma que la de los habitantes de las ocho provincias restantes. No hay conciencia regional porque no ha habido ningún poder político regional, fundamentalmente el PP, que haya querido crear conciencia regional, porque esto es una federación de caciques de provincia. Este es el imperio de las diputaciones provinciales, que es la prolongación de lo que ya era esta tierra en la edad media. -¿Es Gaspar Llamazares un buen líder para IU? -Es un buen líder. Le conozco y se que es coherente a lo largo de su trayectoria política con lo que ha defendido y con lo que defiende la izquierda. Con esto es suficiente. -¿Qué opina del pacto entre el PSOE y la UPL en el Ayuntamiento de León? -Es un reparto de cromos. El PSOE estaba deseando llegar a sentarse en la silla de la Alcaldía y este partido, la UPL, que es la gran celestina de la política provincial, ha cambiado de pupilo. -Usted fue diputado provincial, ¿cuál cree que es el futuro de las diputaciones? ¿Están ustedes más cercanos a un modelo territorial que las refuerce o a uno que se base en las comarcas, como en su día propuso Ángel Villalba? -Nuestro programa electoral solo habla de las comarcas. El futuro de las diputaciones será el que los ayuntamientos quieran. Los ayuntamientos son órganos elegidos por los ciudadanos. Si siguen manteniendo la dependencia de las decisiones políticas de la Diputación, ésta seguirá siendo el patio de los favores y de las discreccionalidades. Los alcaldes se ponen en fila y ven a ver con que diputado se llevan bien para luego intentar recoger las migajas. La historia de las diputaciones es muy cercana, es posterior a los ayuntamientos. Ahora mismo son un freno y un lastre para la autonomía municipal y, por lo tanto, para la democracia de base. -Qué opina sobre la polémica abierta entre la Universidad y el Ayuntamiento y la Diputación por la colocación de la bandera en el campus? -Este es un enfrentamiento entre los incendiarios de la UPL contra una institución independiente que es la Universidad. -Pero, fue el pleno del ayuntamiento por unanimidad quien requirió al rector que colocara la bandera, no algunos concejales... -El pleno tiene derecho a pedir, requerir, rogar o exigir que otra institución ponga la bandera, pero la potestad y la decisión final corresponde a la Universidad. Ahora lo que queda es el chantaje y la venganza. -¿Y sobre la fundación Villalar? La respuesta de la sociedad leonesa ante esta iniciativa ha sido el rechazo o, como mucho la indiferencia. ¿La apoyan ustedes? ¿Y la fundación Cortes de León propuesta por PP, PSOE y UPL? -La fundación Villalar es una iniciativa de IU de hace tres o cuatro años. La propusimos en las Cortes con el único fin de preservar la pluralidad cultural de esta comunidad. Se trataba de una fundación cultural e independiente de los poderes políticos. Esto se fue postergando y ahora, todos los grupos menos la UPL deciden crearla. Esto es una comunidad autónoma que existe, que es realidad y que recoge muchas singularidades culturales. Tiene que haber un órgano regional que vele por las distintas identidades. Respecto a la fundación Cortes de León, nosotros no decimos que no. Ahora, si va a ser el buque para enfrentarnos a otra fundación como la de Villalar, se convertirá en lo que se ha convertido Caja España o el Consejo Comarcal, en una pelea callejera de bandas.