| Crónica | Canto del ramo en San Marcelo |
El cambio pasa por la tradición
El leonés José Luis Alonso Ponga pregonó la Navidad con una exaltación del rito del ramo navideño leonés «para que siga aglutinando a las tierras de nuestra provincia»
La capital leonesa celebró ayer la «puesta de largo» del ramo navideño en la plaza de San Marcelo con las voces infantiles del coro escolar de La Anunciata y el pregón de José Luis Alonso Ponga, leonés nacido en Los Oteros (Alcuetas) catedrático de Cultura Tradicional en la Universidad de Valladolid. El pregonero celebró la «nueva singladura» del ramo navideño leonés en la capital de manos de los niños y niñas que lo cantarán hasta el 3 de enero y deseó que esta expresión popular, de hondas raíces rurales, «siga aglutinando a las tierras de nuestra provincia»; especialmente ahora, «cuando los vientos de la despoblación» batiendo «nuestros pueblos», añadió. Un triángulo de madera coronado por una docena de velas, enramado con vegetación natural y adornado con vistosas cintas y sabrosas rosquillas, la forma más típica del ramo en los alrededores de León, se ha convertido en el icono de las Navidades del 2003 en la ciudad. Pero los hay rectangulares y hasta de forma cónica porque, como apuntó Ponga desde el balcón consistorial, hay «tantos ramos y tan variados como nuestras comarcas», cantados con las cadencias arcaizantes del habla cabreiresa, con las voces sonoras de las montañas de las montañas del Norte y el eco amplio de la tierra llana. Todos ellos tienen en común, señaló Ponga, el conservar «el espíritu de otras épocas». Cambio, ilusión y luz El alcalde Francisco Fernández aprovechó el encendido de la Navidad para anunciar a la concurrencia y a las cámaras de televisión que «corren tiempos de cambio, ilusión y luz» proclives, parece ser, a la recuperación de ese aroma antiguo, «nuestras tradiciones». El edil socialista, flanqueado por gran parte de su grupo y de todos los concejales leonesistas excepto Covadonga Soto, aprovechó la presencia de los vecinos en la plaza para pedir estas Navidades, por encima de otros deseos, que «vuelvan nuestros jóvenes y que los jóvenes que están aquí no se tengan que ir». Pocos minutos antes de subirse al balcón, cuando entraba en el Consistorio, iba comentando estas palabras y deseos con el líder leonesista, Rodríguez de Francisco. La reunión popular en torno a los símbolos navideños de la ciudad fue regada con 104 litros de mistela y agasajada con 3.500 rosquillas fritas, como se hacía en la iglesia el día de Nochebuena o en la fecha acordada en el pueblo para el canto del ramo, acto reservado a las mujeres. Expresión del pueblo llano José Luis Alonso Ponga explicó en su pregón que si la pastorada era una obra gremial, patrimonio de los pastores, y los autos de Reyes se desenvolvían en el elitismo de la curia, el ramo se eleva dentro del repertorio festivo-teatral navideño, como «la expresión del pueblo llano», puesto que la ofrenda se recaudaba a escote entre los vecinos. Ayer, cuando el ramo salió del Consistorio de San Marcelo encabenzando la comitiva de niñas cantoras y de concejales y concejalas del equipo de Gobierno PSOE-UPL -no iba nadie de la oposición- se oían comentarios acerca de la «exótica» figura triangular que se colocó frente al portal de cartón piedra, salpicado de los no menos exóticos renos y abetos que encendieron la Navidad. Juan Rafael, Óscar de Paz y Alejandro Sáenz de Miera firman esta obra plástica que se pretende ampliar en el futuro con nuevos elementos. El coro interpretó una versión muy elaborada y afinada del ramo de Valle de la Valduerna. La longitud del texto también sorprendía a parte de la concurrencia: «No nació en cama de rosas/ ni tampoco de romero...», dice una de sus versos más hermosos.