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Nicolás Castellanos agradece la distinción de la Obra Social a su proyecto educativo en Bolivia

Hombres Nuevos creará un centro de cultura con el premio de Caja España

El obispo leonés alerta sobre el crecimiento de la pobreza severa en América Latina

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l. u. | león
León

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Nicolás Castellanos, el obispo leonés que impulsó la creación de la Fundación Hombres Nuevos, ­-promotora de actividades sociales, evangelizadoras y económicas contra la pobraza en la localidad boliviana de Santa Cruz de la Sierra­-, agradeció ayer en León la concesión de 107.000 euros que permitirán la construcción de un centro cultural en el barrio Plan 3000. Ese es el dinero que gratifica el premio concedido por Caja España a Hombres Nuevos. La Obra Social de la caja otorgó al proyecto apadrinado por el prelado leonés la distinción correspondiente al fomento de contrucción de cooperativas laborales en países en vías de desarrollo. Castellanos justificó el destino de la subvención (que va a ser complementada con otros 32 euros de uno de los socios de la fundación quue preside) por el concepto de desarrollo global de la persona que desarrolla Hombres Nuevos. Ejemplificó la apuesta con una descripción del entorno que define el barrio de Plan 3000, susceptible de no ser entendida con ojos occidentales: «Allí hay más de 120.000 personas que no tienen alternativa para el ocio, para distraerse y convivir; por no haber, no ya ni una cafetería. Nuestro proyecto educativo con los jóvenes es escuela, profesión y persona humana; y en este tramo entra la cultura. Los jóvenes deben de terner más diversión que sexo y alcohol», especificó Nicolás Castellanos, nacido en 1935 en la localidad leonesa de Mansilla del Páramo. El que fue obispo de Palencia hasta el año 1992 alertó sobre el avance de la pobreza y la miseria en América Latina: «Cada año hay un millón de pobres más en ese continente; en Bolivia, cada hora añade 20 personas al estado de miseria». Son las cifras que relata Castellanos con ritmo casi mnemotécnico, alimentados por una realidad social que pretende combatir con su gesto de acercarse a los pobres: «Había que ir allí por el grado extremo de necesidad y de extrema severidad de la miseria que los domina». Así justifica este obispo leonés su renuncia a una diócesis en España para acercarse a los límites de lo inhumano; a la vez, resalta la ayuda que le aporta su país de origen a través de concesiones como la de Caja España.