Camino de Santiago: turismo y espiritualidad
Nuestra comunidad autónoma se ha convertido en centro de atención y atracción ante la celebración, en el próximo 2004, de un nuevo Año Santo Jacobeo. Y es que no en vano una gran parte del primitivo Camino Francés, que se inicia en Roncesvalles, discurre por localidades de tres de nuestras provincias: Burgos, Palencia y León. Pero, además, como el Camino de Santiago puede realizarse a través de varios itinerarios, otro de los más sólidos es la llamada Vía de la Plata, que nace en la localidad cacereña de Mérida y entra en Castilla y León por Calzada de Béjar. De siempre, el Camino ha contado con numerosas personas que a lo largo de cada año peregrinan hasta Compostela bien a pie bien utilizando algunos medios mecánicos de transporte. No importa el sistema empleado; lo valioso, desde el punto de vista creyente, espiritual, es la intención y el deseo de peregrinar para postrarse ante la tumba del Apóstol. He aquí algo que, irremediablemente, debe ir unido al sentido lúdico y turístico del Camino, algo que no puede olvidarse, y es que la ruta nació en la Edad Media, precisamente bajo un signo, una intención espiritual. Así se ha reflejado, a lo largo de los siglos, en documentos, en libros de historia y en libros de relatos y novela. Por ello, es incuestionable el matiz religioso-turístico que debe aplicarse al Camino de Santiago. Y es que el turismo como tal es un fenómeno posterior al nacimiento del Camino como peregrinaje de penitencia y devoción. Cierto que también aquellos primeros peregrinos hacían "turismo", si consideramos como tal el hecho de desplazarse de un lugar a otro a través de caminos, veredas y campos. Pero el actual concepto que tenemos del turismo es muy otro, aunque le aprovechamos para llamar y atraer la atención a cientos, quizá miles, de personas que recorrerán durante el año el Camino de Santiago por la vía de sus orígenes o por cualquier otra. Castilla y León va a hacer un esfuerzo en todos los aspectos para apoyar la celebración del Jacobeo; más de trescientos actos culturales y de ocio se van a desarrollar por diversos lugares escenario del Camino; el arte, el teatro, la literatura, la música, los deportes, van a formar parte de un programa fuerte y atractivo que convocará a muchos españoles y extranjeros. Pero no estaría de más que en esas convocatorias quede siempre algo que rememore la "espiritualidad" del Camino, principio y fin del mismo, y no sólo sus símbolos, la concha, el sombrero, el bastón y la cruz de Santiago.