García Bayón seguirá como alcalde en funciones salvo que se unan PP y PSOE

La Ley de Régimen Electoral General es clara. El actual regidor de Villaquilambre, Lázaro García Bayón, podría seguir como alcalde en funciones salvo que el PP y el PSOE unieran sus votos para elegir a un candidato de sus filas, durante el pleno que se celebrará el día 2. Según la normativa, el aspirante que obtenga una mayoría absoluta (la mitad más uno de los 17 votos de la Corporación) sería automáticamente elegido como nuevo alcalde del municipio. Sin embargo, ninguna formación política por sí sola reúne las nueve papeletas necesarias, ya que los leonesistas poseen ocho concejales, el PSOE, seis, y el PP, tres. Tras haber perdido la cuestión de confianza García Bayón el pasado día 19, la ley prevé que si ningún candidato obtiene el respaldo suficiente se convierta en regidor el segundo de la lista más votada (UPL). En este caso sería Eleuterio González Toribio, de 32 años, que ocupa la concejalía de Deportes, Fiestas y Turismo. González puede decidir tomar posesión del cargo o no. Si lo rechaza, el puesto pasa al tercero de la lista más votada (que sigue siendo de UPL) y sucesivamente se repetiría la misma operación hasta el número ocho. Los leonesistas ya anunciaron hace dos semanas que renunciarán al bastón de mando en el Pleno. La ley electoral ordena, entonces, que se levante la sesión plenaria explicando que se han agotado los procedimientos legales para elegir al nuevo alcalde de Villaquilambre, y permite que García Bayón continúe en funciones hasta que, en un futuro, alguna formación o varias logren una mayoría absoluta que encumbre a un nuevo regidor. El Ayuntamiento de Villaquilambre se ha convertido esta legislatura en el escenario de agrios debates políticos. La UPL logró gobernar con mayoría hasta el pasado 6 de noviembre, en que rompió su pacto con el PP y volvió a navegar en minoría. La crisis se agudizó tras la presentación de dos mociones, por parte del PP y el PSOE, que fueron valoradas como un recorte de funciones y de la capacidad de mando. García Bayón planteó entonces una cuestión de confianza, y al perderla, se tiene que elegir a un nuevo alcalde.