Diario de León

La autovía reduce un 80% la circulación en ese pueblo, que antes era de 12.900 vehículos semanales

La A-66 elimina el punto negro de la N-630 a su paso por Cembranos

Ese vial registró 109 accidentes de enero a noviembre del 2003, con cuatro muertos y 80 heridos

Un vecino de cembranos señala hacia la N-630, vacía ahora de vehículos

Un vecino de cembranos señala hacia la N-630, vacía ahora de vehículos

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P. Infiesta - chozas de abajo
León

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La apertura de la autovía León-Benavente ha perjudicado a los negocios hosteleros de la N-630, pero, como nota positiva, ha eliminado uno de los puntos negros para el tráfico: las curvas de la localidad de Cembranos. En esa localidad y en un radio de diez kilómetros se produjeron, en los primeros once meses del año pasado, 109 accidentes, según los datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno en León. El 65% de los siniestros fueron choques entre varios vehículos que sólo se saldaron con daños materiales, pero en el otro 35% se registraron cuatro víctimas mortales, once heridos graves y 69 de carácter leve, según las mismas fuentes. Aunque aún no se poseen datos oficiales sobre la incidencia de colisiones en el último mes, tanto el alcalde de Chozas de Abajo, Roberto López Luna, como los vecinos de la zona, estiman que el tráfico se ha reducido en un 80% desde la apertura de la autovía a Benavente, y con ella, han descendido, de momento, a cero los siniestros. De hecho, la N-630 prácticamente ya sólo es utilizada por los habitantes de los pueblos que cruza, los repartidores, vendedores y algún viajero. Hasta diciembre del 2003, entre los puntos kilométricos 150 al 204, en los que se enclava Cembranos, la densidad de circulación era de 7.281 vehículos semanales de media en dirección a León, y un poco menos, 6.633 turismos, en dirección a Benavente. Adiós a los días punta Los días punta eran los viernes, en el caso de los conductores que se dirigían hacia León, y los domingos, para los automovilistas que circulaban hacia Benavente. Conducir hoy por la nacional 630 es hacerlo por una carretera casi vacía, liberada del tráfico pesado. Quienes antes vivían de este vial hoy están a punto de la quiebra. Ya no pueden dar cientos de cafés o bocadillos y empiezan a barajar la posibilidad de cerrar el negocio o acometer reajustes. Los hosteleros de Cembranos contabilizaron, sólo en la primera semana de apertura de la A-66, un descenso de sus cajas del 80%, «y eso que estamos cerca de León y del acceso a la autovía», lamentan.

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