| Perfil | Samuel Rubio |
Un sonido a la altura del templo es su mayor deseo
El premio coincide con el vigésimo aniversario de un certamen que nació para conseguir un nuevo órgano para la Catedral de León
Este espacio estaba reservado para una entrevista con el flamante nuevo Leonés del Año, pero las malas comunicaciones que su Valle Gordo natal padece en pleno siglo XXI impedían anoche contactar con Samuel Rubio, a quien ni siquiera el jurado del premio le pudo dar la noticia. No obstante, un somero repaso por la hemeroteca hace prever que este clérigo apasionado por la música habría presentado este galardón como un acicate más para conseguir el nuevo órgano que necesita la Catedral. Esa al menos fue la interpretación que el nuevo Leonés del Año hizo apenas cuatro meses de los veinte años del Festival de Órgano Catedral de León, una de las citas artísticas de mayor altura de la ciudad, y a la que lleva entregado un tercio de su vida. Y es que esta cita cultural es un certamen consolidado y una referencia fuera de la provincia muy a pesar del instrumento con el que cuenta el primer templo de la ciudad; de hecho, la renovación del órgano de la seo fue el motivo para el nacimiento del certamen que dirige Samuel Rubio, que con veinte ediciones de éxitos renovados en su haber ya está consolidado como una cita indispensable en la agenda cultural leonesa. El premio que acaba de recibir Samuel Rubio también servirá para incrementar el peso de las gentes del arte en general, y de la música en particular, dentro del selecto club de los Leoneses del Año, donde las mujeres y hombres de la cultura compiten con las personalidades de la política y el mundo de la empresa. Rubio no conocía ayer que había sido nombrado Leonés del Año, ya que los estatutos de este premio que otorga Radio León desde hace 33 años establecen el secreto sobre la identidad de los candidatos que han propuesto los oyentes y los otros leoneses del año hasta el momento mismo en que se reúne el jurado, pero no es arriesgado aventurar que el galardonado utilizará este premio, si le dejan, como una nueva baza para reivindicar el nuevo órgano que necesita la Catedral de León, y quién sabe si también para que mejoren las líneas y la cobertura telefónica en su Omaña natal.