La crisis comenzó en noviembre

La inestabilidad política del Ayuntamiento de Villaquilambre comenzó a gestarse el pasado 6 de noviembre. Ese día, la UPL rompió el pacto de Gobierno que había sellado con el PP cuatro meses antes, ante la perplejidad de los tres ediles populares. Los leonesistas justificaron el adiós en el «escaso trabajo» desarrollado por sus socios de Gobierno y en la «enorme desconfianza» que mostraban los miembros del PP hacia los concejales de la UPL. Los populares aseguraron que no buscarían la revancha política y achacaron a «un calentón y a una rabieta» la ruptura, que se produjo tras votar el PP en contra de una tasa propuesta por los leonesistas. Menos de un mes después, el 1 de diciembre, el PSOE y el PP se unieron por primera vez en los últimos cinco años para presentar juntos dos mociones que recortaban las competencias del alcalde, reordenaban los sueldos y las comisiones. UPL entendió que era una moción de censura encubierta y comenzó a mover ficha. Los altos representantes de los tres partidos mantuvieron numerosos encuentros, en los que se puso en entredicho incluso el pacto PSOE-UPL en León. El día 16, la agrupación socialista dio por cerradas las negociaciones para alcanzar acuerdos sobre el contenido de las mociones y el 19 el alcalde se sometió a confianza y la perdió al obtener sólo los ocho votos de UPL. Los seis ediles del PSOE se abstuvieron y los tres del PP votaron en contra. García Bayón dejaba de ser alcalde, aunque por ley permanecía en funciones hasta designarse al nuevo regidor. La cita fue el 2 de enero. Siguiendo un informe de la secretaria municipal, los siete ediles de UPL renunciaron a ser alcaldes y como ningún otro candidato poseía los nueve votos de la mayoría, Lázaro García siguió en funciones. El PP consideró que la situación era un fraude de ley y recurrió a la Junta Electoral Central, que ayer resolvió convocar nuevas elecciones.