El comité de Uminsa en Palencia abandona el encierro tras el acuerdo

Los dieciséis mineros del sector Velilla de Uminsa, en Palencia, abandonaron ayer a mediodía el encierro en el salón de plenos del Ayuntamiento de Guardo y las federaciones regionales mineras de UGT y CC.OO. desconvocaron la huelga prevista para hoy en toda la minería de Castilla y León al aceptar el preacuerdo firmado anteayer entre la dirección de la empresa y la representación de los trabajadores, informa Europa Press. Los empleados de Uminsa, que abandonan la protesta después de dieciséis días de encierro, reconocieron que están contentos al recuperar su puesto de trabajo aunque mostraron su insatisfacción al tener que aceptar la sanción de 42 días de empleo y sueldo impuesta por la empresa. El presidente del comité de Velilla, Vidal San Juan, explicó que han aceptado por que su objetivo era la readmisión de los dieciséis despedidos «y se ha conseguido», un logro conseguido por «toda la movilización social que ha habido en la minería de León y en toda la comarca de Palencia». Sin embargo, Vidal San Juan reconoció que les queda un sabor «agridulce» al verse obligados a aceptar la sanción de empleo y sueldo de 42 días. «No nos ha quedado más remedio», aseguró a Europa Press. Sabor «agridulce» Por ello, los sindicalistas no dejaron de atacar al propietario de Uminsa, Victorino Alonso. El más explícito fue Pedro Monasterio, secretario regional de la Federación Minerometalúrgica de Comisiones, que calificó el conflicto de «artificial y provocado por Victorino Alonso con un objetivo oscuro y con el chantaje como arma». Mientras, el secretario de minería de FIA-UGT y presidente del comité intercentros, Fernando López Rellán, apuntó que se logró el acuerdo menos malo y que a partir de ahora habrá que reconducir la situación ocasionada por un conflicto que los sindicatos siguen creyendo que tuvo otras motivaciones que las laborales. Según Monasterio, el empresario «chantajea a los ayuntamientos para conseguir desmontes, a las administraciones para conseguir ayudas y a los trabajadores para recortar sus derechos laborales». El sindicalista aseguró que tiene claro que en este conflicto «los objetivos de Victorino eran otros». En cualquier caso, destacó que no queda ningún ciudadano de Guardo ni de Palencia que no tenga claro «quién es este señor» y auguró que han ganado una batalla pero no la guerra «porque va a seguir». Hoy comienzan las reuniones en Trabajo en Palencia entre sindicatos y empresa para dirimir las cuestiones pendientes sobre horarios y absentismo en los pozos palentinos de Uminsa, que asegura que están por encima de la media.