| Reportaje | Solidaridad |
La igualdad como deseo
En muchas ocasiones, hay gente que piensa que porque un chino, un rumano o un marroquí trabajen en la misma empresa que él no deberían tener los mismos derechos. Piensan también, los menos, que son menos inteligentes que los del propio país y que pueden quitar el trabajo. Detrás de estas ideas aparece cierta discriminación que no nos ayuda a convivir, a tener una sociedad más justa. Todas las personas tenemos cosas que ofrecer y enseñar a los demás. Alguna vez he pensado que si fuéramos racistas, el mundo sería sólo de unos pocos, de los fuertes, de los poderosos. Nadie es superior a nadie, sino diferente. Todos tenemos los mismos derechos en una tierra que es de toda la humanidad, pero una minoría se la quiere apropiar y tenerla como si fuera de su propiedad. Deseo que haya un mundo de respeto y de oportunidades para todos, donde el mérito resida en el esfuerzo y el trabajo. Quiero, con estas líneas, invitar a mis compañeros y a todos a luchar por un mundo libre, solidario, tolerante y justo, donde todos los seres humanos tengan cada día pan y escuela.