Las Carmelitas apuestan por un juego pedagógico

«Esperamos que se trate de un concurso pedagógico y no de habilidad». Éstas fueron las palabras con las que José Luis Puertas, profesor de sociales del colegio Nuestra Señora del Carmen, mencionaba sus primeras impresiones tras visionar la primera entrega del concurso del peregrino. «El tema del pulsador no nos convence. Creemos que sería mejor que el juego se hiciera de otra manera», añadía. Puertas es el encargado de preparar a los alumnos de cuarto de ESO que acudirán el próximo 10 de marzo al cuarto enfrentamiento del concurso del peregrino para hacer frente al colegio Piñera, de Vega de Espinareda. Son ocho los estudiantes que competirán, en pruebas de selección internas del propio centro, para formar parte del equipo que acudirá al juego del peregrino, con lo que sólo cuatro intentarán dejar en buen lugar al colegio de Nuestra Señora del Carmen ante las cámaras. Así, José Ignacio Álvarez, David Fernández, María García, Silvia Vélez, Eva García, Isabel Martínez, Stella Arias y Jorge Galván son los escolares candidatos a representar a su centro educativo. Casi todos los alumnos coinciden en que retener el nombre de los monumentos es la parte más aburrida del aprendizaje del Camino de Santiago, pero también afirman que todo lo referente a la Edad Media y otras zonas de España, fuera de Castilla y León, son los aspectos más entretenidos. Folletos turísticos, vídeos y libros constituyen la fuente informativa de los alumnos de las Carmelitas, a la hora de preparar y recoger todos los detalles concernientes al Jacobeo, para poder derrotar al colegio Piñera. Todos y cada uno de los escolares del centro, aspirantes a participar el próximo día 10 de marzo en el concurso del peregrino, tienen puestas todas sus expectativas en el juego, ya que consideran que es una manera de conocer cosas nuevas y vivir toda una experiencia. Sin embargo, tras haber visto de cerca la mecánica del juego en el primer enfrentamiento, no se encuentran muy de acuerdo con el sistema de preguntas, ya que creen que las treinta preguntas seguida hacen que el concurso sea «monótono y aburrido». Además, el hecho de que un pulsador luminoso sea el que decida qué equipo va a contestar primero, no recibe la aprobación de los alumnos. «El pulsador es un fallo. Sería más equitativo que el reparto de puntos tuviera lugar a través de un pulsador sonoro y no luminoso», añadía una posible concursante.