Finaliza la concentración parcelaria de Villasabariego, que beneficia a 550 personas tras invertirse 7,2 millones

En fechas próximas, la Junta también recibirá las obras de concentración de Gradefes que, junto con las de Villasabariego, habrán culminado una reforma que afecta a casi 2.000 hectáreas de regadío y que convierte en más competitivos los cultivos de ambas zonas. El gran reto continúa siendo Payuelos, unos trabajos que se prolongarán aún varios años y que modificarán el mapa agrícola de la provincia. Las obras de concentración parcelaria del entorno de Villasabariego culminaron ayer, tras cuatro años de trabajos y una inversión sufragada por el Gobierno autonómico de 7,2 millones de euros. El nuevo delegado territorial de la Junta, Manuel Álvarez, que se desplazó hasta la zona, aseguró que el proceso «ha sido muy ambicioso» y ha permitido formar fincas de 8.300 metros cuadrados, lo que representa un tamaño cuatro veces superior al que tenían antes de la concentración. El cambio de fisonomía del campo de Villasabariego beneficia a más de 550 propietarios, que dispondrán de parcelas más grandes que les permitirán reducir costes de producción y obtener un mayor rendimiento de sus cultivos. En la zona predomina el maíz con destino a la ganadería. Álvarez reconoció, durante su visita, que era «una concentración parcelaria muy esperada, porque en Villasabariego el principal medio de vida continúa siendo la agricultura y la ganadería y, además, muchos jóvenes han optado por esas profesiones, augurando un buen futuro para el sector. Por eso los efectos de la concentración serán muy positivos en la zona». El delegado también señaló que la obra «ha sido singular», ya que se utilizaron las primeras acequias de riego por gravedad con un sistema de ingeniería novedoso. El responsable del servicio territorial de Agricultura, Fidentino Reyero, incidió en que la concentración se ha efectuado de modo «muy satisfactorio para la Administración».