Trabajo, eficiencia y compromiso

Amparo Valcarce (Fabero, 1956) ha destacado en su vida política por su capacidad de trabajo, su compromiso con el partido y su eficiencia para abordar los asuntos que se le encomiendan. Licenciada en Geografía e Historia e inspectora de Educación, fue concejal en Fabero y consejera comarcal de El Bierzo. En 1996, dio el salto a la política nacional. En aquel Congreso, perteneció a una generación dispuesta a hacer oposición frente a algunos compañeros quemados y enfrascados en guerras cainitas. Poco se podía hacer. En el naufragio del 2000, mantuvo su escaño por escasos votos. El ascenso de Zapatero a la dirección cambió las perspectivas. Valcarce fue su voz y su voto en la vibrante comisión gestora que preparó el XXV Congreso. En este organismo, demostró su capacidad de maniobra, su cintura política y su fidelidad a Zapatero para evitar cualquier argucia que perjudicara al político leonés. Tras la victoria de Zapatero, hubo de afrontar personalmente la oposición leonesa al Gobierno. El resultado: más de 300 iniciativas sobre la provincia y la seguridad de que ningún asunto leonés eludió el Congreso. Además, como portavoz de Educación, se convirtió en la sombra de Pilar del Castillo y de sus reformas educativas. Valcarce liderará una de las áreas de las que más espera la sociedad. A su cargo correrán asuntos difíciles en los que deberá demostrar su capacidad de gestión. Su trabajo, su eficiencia y su compromiso se dan por seguros.