Premio al trabajo bien hecho

Los cinco agentes de la Guardia Civil que sobrevivieron el pasado verano a un accidente aéreo después de que el helicóptero en el que viajaban se estrellase en el transcurso de un rescate fueron homenajeados en León mediante la imposición de las Cruces de Isabel La Católica y al Mérito Civil. El accidente, al que sobrevivieron todos los tripulantes del aparato siniestrado, se remonta al pasado 8 de junio del 2003, cuando estos cinco agentes acudían al rescate de un parapentista que había resultado herido durante la celebración de una competición deportiva en la Montaña Oriental Leonesa. En reconocimiento a su labor, el brigada del Grupo de Rescate e Intervención en la Montaña (Greim) con base en Sabero, Aureliano Escanciano recibió la Cruz de Isabel La Católica, mientras que los cabos y pilotos del Sector Aéreo Noroeste, Cristobal Cañete y Juan María López. fueron condecorados con la Cruz al Mérito Civil. Esta misma distinción les fue impuesta a sus otros dos compañeros, los agentes del Greim, Isidoro Alvarez y Ángel Díez, en un acto que se celebró ayer en la sede de la Subdelegación del Gobierno y en el que participaron los máximos responsables de este organismo, además de la Guardia Civil y la Policía Nacional en esta provincia. El subdelegado del Gobierno, Víctor Núñez, manifestó en su discurso el agradecimiento y reconocimiento de la sociedad civil hacia una gesta concreta, en primer lugar, así como hacia la dedicación constante a los demás de toda la Benemérita. «A veces la suerte es la que uno se va fraguando con el trabajo de cada día», manifestó Núñez, que reiteró sus palabras de homenaje hacia los agentes «por su contribución y entrega al bien común y a las labores humanitarias». El director de aquella operación, tripulante del helicóptero accidentado y jefe de los agentes del Greim de la base leonesa de Sabero, Aureliano Escanciano, agradeció el tributo a la labor de su grupo, que «supone una motivación más para seguir la labor encomendada por la Guardia Civil», aseguró. Según sus propias palabras, tras la desgracia de sufrir un accidente de ésos a los que las estadísticas y la lógica atribuyen fatales consecuencias y de haber tenido la suerte de salir todos vivos, «hemos podido comprobar que nuestra labor no pasa desapercibida», destacó Escanciano. Las dos condecoraciones, tanto la Cruz de Isabel La Católica como la del Mérito Civil son concedidas por el Ministerio de Asuntos Exteriores, a propuesta, en este caso, del Ministerio del Interior en reconocimiento a la actividad desarrolla por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.