Diez gordoneses logran ya empleo en lavariante de Pajares a un año de las obras

La obra de la variante ferroviaria de Pajares ya ha generado los primeros puestos de trabajo en la comarca de Gordón, un año antes de que comiencen las obras. El alcalde de La Pola, Francisco Castañón, desveló ayer que diez personas ya trabajan para las empresas adjudicatarias de los trabajos, hasta ahora de planificación y preparatorios de obras subsidiarias e imprescindibles para que puedan llegar las tuneladoras y comenzar a perforar las entrañas de la Cordillera Cantábrica con el fin de unir por alta velocidad la Meseta y Asturias; son administrativos, personal de oficina y limpieza, e incluso un delineante, «que es lo que hay hasta ahora». Según el regidor, todos proceden de la bolsa de trabajo que hace unos meses abrió el Ayuntamiento tras llegar a un acuerdo con las adjudicatarias a fin de que la obra deje la mayor parte de posible de la inversión necesaria para su ejecución en la comarca, que habrá de sufrir también las molestias de los trabajos. Esta bolsa de empleo ha alcanzado ya, afirma Castañón, los mil demandantes. Y «van empezar a contratar más desde principios del verano» para los trabajos de infraestructura previa con el fin de tenerlo todo dispuesto para que en un año arranque la tuneladora. El alcalde gordonés avanza además que espera reunirse en la próxima semana con responsables del Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) para tratar pequeñas modificaciones en las obras de accesos, electrificación y desescombro con el fin de que, una vez concluida la variante, viales y otras infraestructuras sean aprovechables y supongan una mejora respecto a con los que tiene el municipio. «Hay buena sintonía con la empresa, me reuno cada poco con ellos para lograr que en vez de daños colaterales tengamos beneficios colaterales, que lo más posible de lo que tengan que hacer se aproveche después para el pueblo». Por ejemplo, las expropiaciones comenzarán el día 22 y pretende que no sean definitivas, sino transitorias, para que con una modificación de uso una zona de desescombro de más de 200.000 metros cuadrados pueda ser zona de expansión urbana cuando se vayan las máquinas.