La tensión marca el ictus

La segunda campaña nacional de prevención del ictus que promueve la Fundación Española del Corazón se desarrolló ayer a las puertas del mercado del Conde Luna. Bajo el eslogan «Tómate en serio la tensión. Evita el ictus», todos los ciudadanos que lo estimaron oportuno tuvieron la posibilidad de tomarse la tensión, puesto que tenerla alta es el factor más importante que puede provocar un ictus. El ictus, también conocido como derrame cerebral o trombosis, es un ataque cerebral de origen vascular que se produce por la obstrucción o rotura de un vaso sanguíneo a causa de un infarto o hemorragia cerebral. El primero está motivado por una oclusión arterial o un coágulo de sangre procedente del corazón. La segunda tiene su origen en la rotura de una vena o arteria. Las posibilidades de sufrir un ictus dependen de factores no modificables y de otros que puede controlar el paciente ayudado por su médico. Entre los primeros se encuentra la edad, el sexo y la raza. En lo relativo a los segundos, el neurólogo Javier Tejada manifestó que «la prevención puede evitar un ictus si se controla la tensión arterial, colesterol, tabaquismo, diabetes o enfermedades cardiovasculares». Incidencia En la provincia de León se estima que cerca de 175.000 personas son hipertensas y unas 1.500 sufren un ictus todos los años. Las mujeres deben tener especial cuidado, puesto que esta enfermedad supone la primera causa de mortalidad en el colectivo. El doctor Tejada matizó que «el hombre es más propenso al ictus, pero el número más elevado de mujeres y su mayor esperanza de vida provocan que estadísticamente les afecte más la muerte por este motivo». La enfermedad tiende a estabilizarse, pero Javier Tejada incidió en que «cada vez afecta más a pacientes jóvenes, menores de 45 años». Las causas que la provocan en este colectivo son las mismas que en las personas mayores. El ictus constituye la primera causa de muerte en Castilla y León y entre las mujeres españolas y la segunda en los varones. En el adulto se convierte en la primera causa de incapacidad grave y la segunda de demencia. Para prevenir el ictus se debe controlar la hipertensión arterial. El tratamiento con medicamentos que bajan la tensión arterial disminuye la aparición de enfermedades cardiovasculares. El tratamiento del ictus agudo requiere la atención de un equipo de neurólogos especializados y posteriormente de la asistencia de un grupo multidisciplinar compuesto por diversos especialistas que tratarán de recuperar al paciente y evitar que se repita.