Diario de León

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Nuestra responsabilidad Vivir de la basura El problema de la basura

5º de primaria

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León

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Marcos vivía en Lima, en las afueras de Lima, para ser más exactos en un barrio de lo más humilde, tanto que su casa era un cuadrado de chapa de dos metros, que compartía con sus padres y cinco hermanos. Por las noches, los chicos del barrio corrían al estercolero de la ciudad a ver quién cogía lo mejor para poder venderlo en el mercado y así conseguir un dinerillo que ayudara a su familia a pasarlo un poco mejor que muy mal. Marcos era bastante canijo, siempre llegaba el último y no conseguía nada importante, pero era muy creativo e ingenioso y... pensando, pensando, se le ocurrió que con lo que nadie quería se podría hacer algo, y mira por dónde con los cartones de leche hizo muebles con cajones que forraba de madera un poco estropeada que les daba un aspecto raro, entre moderno y antiguo, con las latas arrugadas y descoloridas, conseguía unos posavasos bastante extraños. Con los trozos de cristales y barrio hacía unos platos para colgar de lo más originales. Y un día cogió todas sus creaciones y se colocó sobre un trozo roído de tela en una acera bastante concurrida de lima, la gente al ver sus cosas reaccionaba de diferentes maneras, unos las miraban con asco, otros con pena y otros con interés. Vendió un par de cosas tiradas de precio, pero consiguió comer ese día. Tras varios meses, un comerciante se interesó por las cosas que creaba y le propuso comprarle todo lo que tenía y lo que hiciera de ese día en adelante. No se lo podía creer, después de varios años su estatus cambió, se compró un pisito en un barrio humilde y vivía decentemente con su familia. Un día descubrió que en el basurero ya casi no encontraba materiales para sus construcciones, se lo comentó a el comerciante y éste le contó que ahora los ayuntamientos habían colocado unos contenedores para echar los desperdicios por separado y de esa manera se reciclaban para no contaminar el planeta. ¡Qué asombro! Resultaba que él había sido el primer hombre en reciclar y no sólo eso, el aprovechar la basura le había salvado la vida y ahora por fin otros se daban cuenta de eso y de lo importante de salvar el planeta y de salvar a gente como él, dándole un puesto de trabajo en las fábricas de reciclaje. Año 2004. El futuro ha llegado antes de lo que se esperaba. El hombre domina su entorno con libertad gracias a la ciencia y la técnica. Sin embargo, ¿está el hombre a la altura de sus conocimientos?, ¿ha conseguido asimilarlos y actuar en consecuencia con ellos? La respuesta es «no». El bienestar del que goza el hombre es muy superior al bienestar del que goza nuestro ecosistema, nuestro planeta. Planeta azul. Quizá el hombre es demasiado irresponsable para tener sobre sí el peso de su propia evolución. Nuestro planeta, la tierra, es en sí mismo un ciclo de cambios. Ha pasado multitud de penurias geológicas y desastres biológicos. Aunque tengamos poder para vencerle, no caerá fácilmente. Y no queremos destruirlo; sin embargo, lo hacemos. ¿Cómo podemos evitarlo? La solución es cuidar al medio ambiente. Los países se esfuerzan, con excepciones, en reducir su tasa de emisión de gases a la atmósfera. La política, inaccesible, lejana, decretos sin significado para el ciudadano medio, ¿acaso puede éste hacer algo? En este caso, la respuesta es «sí»; no sólo puede hacer algo, puede hacer mucho. Puede olvidarse un poco de esa cultura del bienestar en la que prima el consumo y mirar hacia el futuro de su hogar, el hogar de sus hijos, de sus nietos: su hogar, su planeta. Planeta azul. Planeta de vida. Desde hace unas décadas y como prueba de esta preocupación se ha venido impulsando un programa para el cuidado del medio ambiente. Para los habitantes de entornos urbanos, se propone el reciclado de basuras, el menor uso de coches, el ahorro energético y acuífero. Un cúmulo de propuestas que llevan el sello de «voluntario». Parece que la menos trabajosa de cumplir es el reciclado de basuras. Leemos el periódico, bebemos botellas de vino, tomamos cartones de leche... consumimos. El 90% es reciclable, porcentaje con el que no cumplimos. A lo mejor cuesta elegir la basura, o quizá andar unos metros más para ir al contenedor del vidrio y del papel. Es posible que algo falle. Falla la personalidad de la gente. Falta voluntad y responsabilidad, porque la información sobra. Las personas saben lo que hay y la situación, de seguir así muchos años, puede acarrear consecuencias casi apocalípticas. Se oyen multitud de soluciones, como tener una bolsa para cada tipo de basura y llevarla al contenedor adecuado. Es una buena solución, pero parece no funcionar. Sería mejor instalar en los edificios nuevos cuatro pequeños conductos, uno para cada tipo de basura, yéndose a contenedores comunitarios. La comodidad sería mayor. Se ahorraría el esfuerzo de «bajar a tirar la basura». Pero no sólo podemos aportar algo siendo activos, también podemos ser inactivos. Por ejemplo, podemos no comparar aquellos productos que utilicen aerosoles en su aplicación. Podemos, también, intentar no utilizar pilas y obtener la energía necesaria a través de la red eléctrica. Cada pila es una bomba contaminante si llega a tocar el agua: 167.000 litros de agua por cada pila es una cantidad astronómica en proporción al volumen de cada una de éstas (y sin contar las de botón). Otro de los campos crecientes de contaminación es el electrónico, en concreto teléfonos móviles y celulares. Contienen productos químicos muy peligrosos que causan enfermedades y se acumulan en el ambiente produciendo graves daños en el ecosistema. Por ello, para que lo mejor contra este nuevo tipo de polución es la reutilización de esos materiales. Existen además datos generales muy representativos de lo beneficioso del reciclado, incluso en la economía familiar. Así, con los residuos que produce una familia española de tipo medio, compuesta por cuatro personas, se obtendría mediante la incineración de basuras una cantidad de electricidad suficiente como para abastecer entre el 15 y el 20% del consumo eléctrico de esa familia durante todo el año. En definitiva, existen en la actualidad una cantidad extensísima de productos que dañan nuestro planeta. Todo lo que utilizamos tiene, si no es en su totalidad, partes contaminantes. Pero, por suerte, existen procesos que combaten estos efectos. Uno de ellos es el reciclado. Es algo en lo que todos podemos participar. Algo que no está vetado a ninguna persona. Algo que depende sólo de nuestra voluntad. Estemos, pues, a la altura de nuestra tecnología y seamos consecuentes con nuestro gasto. Hagamos de nuestro planeta, hoy, un lugar mejor de lo que era ayer, o, por lo menos, mejor de lo que será mañana. Dejemos un hogar a nuestros descendientes habitable y bello. Un bello planeta, un planeta de vida. Hola, me llamo Fernando y aunque no soy profesor, voy a enseñaros algo. Tenemos que tratar dos temas: el reciclado en León y el tratamiento de basuras en León. El reciclado en León no está muy evolucionado. En las ciudades, una persona produce una tonelada de residuos al año y el vertedero de Santovenia de la Valdoncina lo cerraron hace unos años porque no cabía más basura. La basura se fue llevando a Asturias durante un tiempo, pero ahora se almacena en grandes fardos cerca del mercado del ganado en Trobajo del Cerecedo, esto ha traído numerosos problemas en la ganadería leonesa y problemas de salud en la zona, pues los vecinos se quejan de las ratas y de los malos olores durante todo el año, que se agravan cuando llega el calor. Para solucionar esta situación que tenemos tan grave, los políticos han llevado a cabo la construcción del CTR, que está ubicado en San Justo de la Vega, cerca de Astorga, pero todavía no ha entrado en funcionamiento y puede que tarde, porque por orden judicial se ha aplazado su apertura, debido a denuncias. Mientras, por otra parte, la ciudad de León ya tiene contenedores específicos para hacer la recogida selectiva de residuos: el contenedor azul para el papel, el contenedor amarillo para los briks, latas, plásticos (excepto bolsas), el iglú verde para el vidrio y el verde oscuro para los residuos orgánicos. Para tener una información más directa sobre la recogida de basuras llamé por teléfono al Ayuntamiento al número 987 208 308 y un señor muy amable me explicó todo lo que se está haciendo para evitar que haya problemas de contaminación por residuos tóxicos y peligrosos. La recogida neumática. Es un sistema de recolección previa recogida y transporte de residuos urbanos, en el que a través de una red subterránea y unos puntos de vertido, los residuos son transportados por una corriente de aire a la central donde son separados introducidos en contenedores para su transporte al centro de tratamiento. Está instalado en el casco antiguo de León. En los puntos limpios, que se encuentran cerca de Carrefour y del mercado de ganado, se recogen aceites de coche, aerosoles, electrodomésticos, fluorescentes, latas de pintura, plástico, vidrio, medicamentos, papel y cartón. Estos lugares de punto limpio hacen que se produzca una reducción de espacio necesario y ahorro económico al servir la basura de materia prima y un ahorro en salud al evitar residuos tóxicos y peligrosos. No hay duda de que León tiene un grave problema y una asignatura pendiente con el tema de la basura, esperemos que muy pronto se solucione.

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