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ex ministro del Interior

«Aunque he pasado por días amargos, no he sido una persona amargada»

El ex ministro del Interior contará esta tarde, a partir de las ocho, en el Club de Prensa de Diario de León, sus reflexiones sobre su paso por la cárcel y los fallos del sistema judicial

El ex ministro del Interior, José Barrionuevo, en un momento de la entrevista con Diario de León

León

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El ex ministro José Barrionuevo hablará esta tarde, a las 20.00 horas, en el Club de Prensa de Diario de León (Gran Vía de San Marcos, 8), de su experiencia política, primero como concejal y posteriormente como titular de las carteras de Interior y de Transportes durante nueve años. Contará su paso por la cárcel y su regreso al Ministerio de Trabajo como un sencillo inspector. Bajo el título Procesos políticos -como su último libro- contará los fallos del sistema judicial español. -¿Conoce personalmente a José Luis Rodríguez Zapatero? -Sí, le conocí de diputado. Además, he estado varias veces en León en campaña electoral y hemos estado juntos. -¿Y qué opinión le merece el nuevo presidente? -Buena, tanto como persona como presidente. Le deseo que todo le salga bien. -¿Considera acertada su decisión de traer las tropas de Irak? -Sí. Acertada o no, era inevitable, dado el compromiso electoral que había adquirido. Tenía que cumplirlo, de lo contrario sería un desprestigio, aunque como toda acción política tenga sus partes positivas y negativas. -¿Cree que este paso nos librará del terrorismo de Al Qaeda? -No, en absoluto. No hay vinculación. El terrorismo extremista no ha empezado por eso ni va a cesar por eso. -¿Dónde estaba el 11-M? -En Madrid. -¿Y cómo lo vivió? -Como la mayoría de los ciudadanos. Me enteré por la radio. Estaba en mi oficina del Ministerio de Trabajo. Luego me di cuenta de las terribles dimensiones. Conozco, lamentablemente, el sufrimiento que se experimenta en un atentado desde el Gobierno. Pensé en lo mal que lo estaría pasando el ministro y le llamé. No pude hablar con él, pero expresé a su secretaria mi solidaridad y ofrecí mi ayuda. -¿Cómo fue su experiencia en la cárcel? -Es tremenda para alguien en cuyo horizonte no estaba que pudiera pasar algo así. Hay personas cuyas peripecias les pueden hacer pensar que puede ocurrir. Pero no era mi caso. Aunque me han hecho pasar por días amargos, no se sido una persona amargada. -¿Qué aprendió en la cárcel? -Los rudimentos del trabajo con ordenador. Antes de la política activa yo escribía a máquina. Bono nos regaló un ordenador a Vera y a mí y, aunque no se podía usar Internet, empecé a emplearlo para contestar la enorme correspondencia que recibíamos. -¿Tantas cartas recibían? -Miles de cartas. Algunas, de crítica, pero unas 4.000 de apoyo y solidaridad. -¿A qué se dedicaba en prisión? -Teníamos todo el tiempo ocupado. Ejercicio físico por la mañana en un patio que arreglamos para hacer un jardín. Felipe González nos regaló piensapos y sabinas y las mujeres del PSOE de Guadalajara nos enviaron abono. Por las tardes, contestábamos la correspondencia. -¿Tuvo todo el apoyo del PSOE o en algún momento le volvieron la espalda? -Tuve todo el apoyo que podía tener y una solidaridad amplísima e impagable, sobre todo con nuestras familias. Y no sólo del PSOE, sino de otros partido de la derecha, del PC, del nacionalismo catalán y de personas sin adscripción política. -¿A qué se dedica ahora? -Era inspector de trabajo cuando pasé a la política activa en las primeras elecciones del 77, aunque en un puesto de no salir. Fui concejal del Ayuntamiento de Madrid en el 79 con Tierno Galván y portavoz de los concejales socialistas. De allí pasé al Ministerio del Interior. Ahora estoy inhabilitado, si bien la sala del Tribunal Supremo aclaró que no afectaba al puesto de inspector de trabajo, porque no tenía nada que ver con el hecho por el que había sido condenado. Es de lo que vivo ahora. -¿Algún día lo contará todo? -He escrito dos libros. Algún antecesor ha dicho, con ironía que comparto, que en el Ministerio de Trabajo se cuenta todo y que el resto no tiene importancia. Adquirí un compromiso de discreción y reserva, aunque he pasado por experiencias dramáticas, con incitaciones de todo tipo; y ahí me mantendré de por vida. -¿ETA abandonará algún día la lucha armada? -Creo que el Gobierno anterior lo hizo razonablemente bien, dando continuidad a lo que se había hecho. Aunque ellos no reconocieron el trabajo de sus predecesores, yo sí reconozco el suyo. Me parece que es muy difícil extinguir por completo el terrorismo de ETA o cualquier otro. Alguna forma de violencia con tientes políticos siempre hay, pero se puede reducir sustancialmente la que causó en otro tiempo. -¿Cómo? -Con medidas de aislamiento del entorno terrorista y más acción policial, como los acuerdos internacionales de cooperación con Francia, que empezaron con el PSOE. Es como el agua y el pez; si le reduces el agua, el pez se mueve menos. También los acuerdos con el nacionalismo vasco democrático, que se redujeron con el Gobierno anterior. Cuando yo era ministro se logró que el PNV estuviera de este lado de la raya. -¿Tiene miedo de salir a la calle? -No. Pienso que no hay que ser temerario, pero tampoco timorato. -¿Qué consejo le daría al nuevo ministro del Interior, el leonés José Antonio Alonso? -No daría consejos. Creo que tiene facultades y posibilidades de hacerlo bien y le deseo que así lo haga. -El fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, es un viejo conocido suyo, ¿qué le parece que el PSOE haya nombrado a quien le condenó a usted? -Prefiero no emitir ninguna opinión sobre el nuevo fiscal general. No me ha molestado su elección. Es a él a quien debe molestarle que por lo que se le conozca es por haber tomado una decisión injusta, como fue mi condena. No le deseo nada mal. Ya veremos cómo actúa y si los que le han nombrado no se arrepienten. -El Tribunal Supremo de Madrid le absolvió en el tema de los fondos reservados, ¿cree que su nombre ha quedado suficientemente limpio? -Estoy fuera de la política activa. En la vida cotidiana recibo múltiples pruebas de afecto. Trabajo donde trabajé por unas oposiciones que gané limpiamente en la época aún del franquismo. Y estoy en ese grupo de ciudadanos que sale en las encuestas porque tiene dificultades para llegar a fin de mes y eso después de haber sido ministro nueve años...

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