León y Asturias no quieren al director general

Si Antonio Fernández Segura tiene el beneplacito y el respaldo de las federaciones socialistas y mineras de UGT en Castilla y León y Asturias, no ocurre lo mismo con el nombre que el ministro catalán de Industria José Montilla quiere imponer para la Dirección General de Minas. Nadie de los consultados se paraba ayer a valorar la porfesionalidad o no de Jorge Sanz sino su pasado; y no sólo en fuentes socialistas y sindicales, también en las patronales. Las cuencas mineras y el sector carbonero de ambas regiones recuerdan que el hombre que tiene el aval de Montilla fue mano derecha de Piqué y Sendín, asesor de confianza del PP señalan. Sindicalistas, políticos socialistas y direcitivos patronales apuntan que durante los enfrentamientos de la ex directora de Minas en el 96 y el 97 asistía como su asesor a las comisiones de investigación promovidas por el PSOE. Entonces Zapatero lideraba la argumentación y en las intervenciones para tratar de no dejar el sector minero en manos de las eléctricas, sin ayudas y abocado a un cierre seguro. No se entiende que el ahora presidente lo pueda tener indirectamente en su equipo. Máxime si se tiene en cuenta que se le atribuyen a Sanz los informes económicos que avalaban las tesis del PP defendidas por Piqué y Sendín, y que permanecía tras la entonces directora de Minas en las sesiones de la comisión creada en el Congreso de los Diputados en la que el PSOE luchaba para tratar de frenar y cambiar un documento que finalmente tuvo un tinte completamente distinto y tras el que se logró un plan minero gracias a la movilización de las cuencas. Aún se espera que hoy Montilla acepte un cambio de nombre de última hora.