Aspirantes a bombero denuncian irregularidades en las oposiciones

Seis meses y siete pruebas. Y en ese intervalo, decenas de «irregularidades», tal y como denuncian seis de los aspirantes a una plaza de bombero en León. Algunos de ellos llegaron con un brillante expediente y son bomberos en activo en otras ciudades de la comunidad autónoma. Pero aquí, aseguran, «rigen otros criterios y ninguno es el de la transparencia». La selección comenzó el 15 de octubre del 2003 con 500 candidatos para cubrir 13 plazas en el Cuerpo de Bomberos de León. El pasado 28 de abril salía la lista con los 19 aprobados -seis de ellos sin plaza-. Detrás de todo el proceso, años de entrenamiento y de estudio y, sobre todo, «muchas ilusiones truncadas». Para muchos, no habrá una nueva oportunidad. Teniendo en cuenta que el Ayuntamiento llevaba seis años sin ampliar la plantilla de los bomberos, en la próxima convocatoria algunos estarán fuera de la edad límite para presentarse, fijada en los 35 años. Con las nuevas incorporaciones, la nómina de bomberos se eleva a 85 hombres; no hay ninguna mujer, entre otras cosas porque las pruebas son tan inaccesibles que alguna atleta profesional que ha intentado superar los ejercicios físicos no lo ha conseguido. Seis de los opositores han presentado un escrito de reclamación al Ayuntamiento exigiendo la revisión de sus ejercicios y tres de ellos están dispuestos a ir más lejos. En los próximos días interpondrán una demanda ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo para poner en evidencia las «irregularidades» en el proceso de selección. Trato de favor, falta de transparencia, discrecionalidad a la hora de puntuar los exámenes y «chivatazos» son algunos de los argumentos que esgrimen. El presidente del tribunal examinador y concejal de Personal, Vicente Canuria, resta importancia a las denuncias, porque «uno de cada tres opositores que no es seleccionado acaba reclamando. Otra cosa es que prosperen sus quejas». No obstante, Canuria deja claro que la convocatoria y, por tanto, el contenido de las pruebas, fue realizada por el anterior equipo de gobierno, con unos criterios que, en algunos casos, serán modificados en el futuro; como la llamada prueba de «la pala» que consiste en llenar un cajón con 800 kilos de arena en minuto y medio y que ha provocado más de una hernia. Mientras los denunciantes subrayan que dos de los aprobados son hijos de bomberos que no superaron inicialmente el examen médico -por problemas de vista y espalda-, Canuria afirma que este hecho «no ha influido», a pesar de que como critican los afectados «los exámenes no fueron anónimos. Se nos obligó a firmar en todas las hojas, lo cual sería un suspendo directo en ayuntamientos como Valladolid o Santander». Una de las pruebas más polémicas y prácticamente la definitiva -ya que la última es un test psicotécnico que superaron todos- fue el apuntalamiento de una puerta. El público que presenciaba la prueba «pasó información» a algunos candidatos por el móvil y los examinadores dieron consejos «extras» a ciertos aspirantes.