Diario de León

JUAREZ JUAREZ INSTITUTO LANCIA (LEÓN)

Los animales, en acuerdo

1º de bachillerato

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Aquella extraña reunión se celebraba en una verde y preciosa pradera rodeada de frondosos árboles dando lugar a un paraje verdaderamente hermoso, alejado de la presencia humana o por lo menos así lo creían los seres allí reunidos. Había varios factores que hacían que esta reunión se saliera de lo normal, pero el más importante era que sus miembros eran animales. Sí, auténticos y verdaderos animales que intercambiaban opiniones entre ellos. En este lugar, si hubiera alguien presente, podría observar a distintos individuos de la fauna de nuestro mundo; el oso, el lobo, el conejo, el topo, el águila... y como no el león. Todo ellos habían ido llegando a o largo de toda la mañana, algunos, incluso llevaban allí desde la noche anterior. De esta forma, poco a poco, aquel acogedor lugar se fue llenando de vida produciéndose a su vez una gran algarabía. El rey de la selva abrió su gran boca enseñando a los presentes sus poderosos colmillos afilados y con un rugido aterrador pidió silencio a sus súbditos. A continuación, el elefante levantó su larga trompa emitiendo estruendosos ruidos que anunciaban la gran reunión que se iba a celebrar. Luego las aves entonaron una delicada y, a la vez, armoniosa cancioncilla que no podría ser igualada ni por el mejor músico que hubiese existido. Y finalmente se hizo el silencio. -Bien -comenzó el león con voz grave y solemne- ya conocéis el motivo por el que estamos aquí reunidos: ver, analizar y buscar una solución a los problemas que nos causan los seres humanos y que hacen peligrar la existencia de muchas especies. ¿Quién quiere comenzar? Durante unos minutos se hizo un violento silencio. Nadie quería ser el primero. -Majestad, ¿me concedéis la palabra?- Una gaviota recién llegada de su largo viaje a través del mar y que aún respiraba con dificultad debido al esfuerzo realizado, era la que había hablado. Tras recibir el consentimiento del monarca, la gaviota comenzó. -He estado volando durante días para poder llegar a esta reunión. En mi camino he podido observar la forma en la que las ballenas son asesinadas por el hombre. Los humanaos lanzan una barra puntiaguda que se clava en el cuerpo de estos grandes mamíferos provocándoles un gran dolor. Esta cacería puede durar horas e incluso días, durante el cual el cretáceo arrastra la navegación hasta que se produce su muerte-. La gaviota realizó una pequeña pausa durante la cual intentó recuperar la respiración dando tiempo a los presentes para asimilar la reciente información. -Además, este enorme mamífero sólo tiene una cría por parto, raramente dos. Todo lo anterior se une a la desaparición del placton, que constituye la dieta alimenticia de este animal, debido a la utilización de redes que lo destruyen-. El ave detuvo su discurso para observar a sus oyentes, los cuales permanecían completamente en silencio escuchando sus palabras atentamente, sin apenas mover un músculo de su cuerpo. -La captura de estos animales ha llegado hasta tal límite, que el número de individuos de esta especie ha llegado a un estado crítico. No será la primera vez que una especie se extinga, y lamentablemente tampoco será la última. Mañana podemos ser nosotros. Hay que darse prisa en encontrar una solución-. Las palabras de aquella ave marina eran apremiantes y también ciertas. ¿No habían desaparecido ya del mapa algunas especies animales debido a la acción destructiva del hombre? ¿Quién podía asegurarles que la próxima especie en extinguirse no sería la suya? ¿Qué podrían hacer ellos, pobres e indefensos animales, para defenderse del hombre y de sus destructivos aparatos e inventos? Todas estas preguntar bullían con fuerza en la mente de los componentes de la asamblea. Nada más acabar la gaviota, otro animal se dispuso a hablar. La majestuosa águila abrió sus imperiales alas a la vez que comenzaba a exponer su caso. -Casi todo los años soy víctima del robo de mis polluelos o de los huevos que darán lugar a mis hijos. Por supuesto que se producen los ataques de otros animales pero los que llevan a cabo los humanos son especialmente destructivos, además de que nuestros hábitats han sido duramente castigados por estos seres. Esto reduce en gran medida la capacidad de subsistencia de mi especie que creo que no es la única que sufre todos estos continuos ataques. El resto de los animales reafirmaron lo dicho por el ave rapaz. -Elefante, ¿quieres añadir algo más a lo dicho por tus compañeros?- Pregunto el rey de la selva al enorme animal. -Sí. Yo puedo ser un animal manso y en diferentes ocasiones he ayudado al hombre en sus labores y traslados. Pero éste pareció no acordarse de todo esto cuando se puso un elevado precio por mis hermosos colmillos de marfil por los que muchos compañeros de manada han perdido su vida-. El mamífero terrestre más grande movió tristemente la cabeza y elevando su trompa emitió un ruido estremecedor-. Además la contaminación del agua necesaria para nuestros baños y para saciar nuestra sed, unido a la pérdida de vegetación, imprescindible para nuestra alimentación, ya que somos vegetarianos y al día precisamos cerca de cien kilos de comida, ponen en peligro nuestra existencia. -¡Eh!- Intervino de pronto el rinoceronte, sin pedir permiso-. Aunque mi especie no ha colaborado ni colabora con los hombres, ellos también nos matan y sólo poseemos un cuerno. He visto a muchos de mis congéneres muertos sin su más preciada parte del cuerpo. -Rinoceronte, pide permiso para hablar si no esto sería un auténtico desmadre- regañó el rey severamente. El rinoceronte asintió con su cabeza sintiéndose avergonzado por su atrevimiento. El resto de los animales se quedaron callados observando a su soberano, hasta que comenzó a hablar la hormiga. -Queridos compañeros-. El pequeño ser se había subido en una piedra para que pudiese ser vista por los demás mientras hablaba-. Aquí está de todas las especies un solo individuo. Por lo tanto creo que nuestros compañeros se merecen una eficaz y rápida solución a este terrible problema que puede desencadenar tragedias más alarmantes que las que hemos padecido hasta el momento. Todos asintieron moviendo sus cabezas grandes y pequeñas. -Búho- Llamó un pequeño ratoncillo al cual le faltaba media cola debido a la acción de una ratonera-. Tú eres el más sabido de todos y tu fama de gran pensador es conocida incluso entre los humanos. Tú puedes encontrar la respuesta. Todas las miradas se dirigieron hacia aquella ave nocturna de gran inteligencia. Todos depositaron en aquel animal todas sus esperanzas. Estaban en juego sus vidas. -Quisiera poder hacerlo-. Aquella voz parecía proceder de las mismísimas entrañas de la Tierra, como si surgiese de un volcán que hubiese estado durante años apagado, dormido, sin ningún tipo de actividad-. Pero no puedo dar la solución que necesitamos. Sólo puedo deciros lo que ocurrirá en el caso de que uno de los eslabones de la cadena trófica desaparezca. Y así se quedaron todos los animales escuchándolo e intentando encontrar la mejor solución para acabar con aquel calvario con el que podrían convivir de una vez por todas.

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