El Eurobarómetro muestra que el conocimiento de idiomas de los españoles deja mucho que desear
«¡Es que se me da mal el inglés!» Las mujeres, con más nivel La actividad deportiva potencia la memoria de los escolares Para los más pequeños
Motivación y metodología, claves que garantizan un buen aprendizaje de idiomas en el aula
«¡Es que a mí se me da muy mal el inglés!». La cuarta parte de los españoles piensan que no están capacitados para aprender idiomas. Éste es uno de los datos obtenidos por el Eurobarómetro acerca del dominio de idiomas extranjeros en los países que conforman la Unión Europea y que demuestra, una vez más, que el nivel alcanzado por los españoles deja mucho que desear. Después de cientos de horas de clases de inglés recibidas en la educación obligatoria, después de machacar la utilización de las preposiciones, de repasar curso tras curso los verbos irregulares, y de memorizar las reglas gramaticales del idioma de Shakespeare... la mayoría de los españolitos de a pie se ruborizarían por tener que mantener una simple conversación informal con un nativo. El contrapunto Como contraste, es más que frecuente encontrarse con un europeo que chapurrea con mucha soltura nuestro idioma y que se justifica diciendo que siguió un curso de español... ¡de sólo seis meses! Una de dos: nuestros alumnos, o no aprenden lo que se les enseña o lo que se les enseña no es lo que necesitan. Los expertos en la materia apuntan unas cuantas causas que explican esta situación: -La metodología: muchas veces los alumnos se pasan más tiempo leyendo, escribiendo y haciendo ejercicios que conversando. -La falta de motivación: aprender un idioma exige esfuerzo, disposición y horas de práctica; no es suficiente con escuchar de forma pasiva al teacher. -El número de alumnos por grupo: cuando son muchos estudiantes por clase es imposible hacer que participen todos de una forma activa. -Las actitudes hacia el idioma: el sentido del ridículo, tan acentuado a la hora de hablar en otro idioma, dificulta el aprendizaje. -La evaluación de lo aprendido: incluso los profesores que fomentan la comunicación oral en la clase a veces acaban poniendo un examen escrito (tipo test o de rellenar frases con la palabra correcta). En resumen, quizá falte asimilar la idea de que el hecho de olvidarse del verbo auxiliar, utilizar la preposición equivocada o no emplear la expresión inglesa más oportuna no tiene demasiada importancia si estos errores no impiden el gran objetivo: comunicarse en otro idioma. Pasar por la enseñanza obligatoria en nuestro país no garantiza el aprendizaje de una segunda lengua. Así lo demuestra los datos arrojados por el Primer Informe Berlitz sobre el uso de idiomas en España, y que resumimos en los siguientes seis puntos: Sólo 4 de cada 10 trabajadores están capacitados para hablar en otras lenguas extranjeras. Y únicamente la quinta parte de la población tiene conocimientos de otros idiomas. Las mujeres tienen más nivel y conocen más idiomas que los hombres. Los más jóvenes, hasta los 17 años, son los que presentan peor nivel. Los que más idiomas practican son los españoles de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. El nivel medio de inglés de los españoles, en una escala del 1 al 10, es de 4. Además, sólo el 1,4% de los hombres y el 1,3% de las mujeres en el ámbito universitario cumplen los requisitos mínimos en el dominio del inglés para trabajar en una gran multinacional. Éste es uno de los datos más contundentes obtenido en el Informe Pigmalión, elaborado recientemente por Empleo&Globalmedia con el objetivo de conocer las causas de la situación de paro de gran parte de los universitarios. Lo que piden en estas empresas no es más que una persona que sea capaz de de desempeñar su trabajo en inglés con los mismos resultados que si lo hiciese en su idioma materno. Con el lema Move your body. Strecht your Mind para el 2004, Año europeo para la educación en el deporte», Viviane Reding, Comisaria de Educación y Cultura, animaba en enero pasado a los ciudadanos y ciudadanas de la Unión Europea a que hicieran deporte, no sólo por su importancia sino también por su influencia en el desarrollo del aprendizaje y la memoria en los alumnos. Quizá el tiempo de estudios finales y exámenes es un buen momento para recordarlo. La alianza entre el deporte y la educación tiene una larga vida y tradición en Europa. Ya en la antigua Grecia, cuna de nuestra cultura, filósofos como Sócrates y Aristóteles supieron reconocer el incalculable valor del deporte en la educación. La actividad deportiva contribuye al desarrollo personal general, a la vez que proporciona competencias sociales, como la tolerancia, la justicia, la fuerza de carácter, el trabajo en equipo, el respeto a los demás y la predisposición para asumir responsabilidades, cada uno en su puesto y en función del conjunto. Además de la forma física, el deporte estimula el ánimo vital y conduce a una mejora de las capacidades cognitivas. Los resultados de la investigación del cerebro confirman la clara relación que existe entre la emoción y la cognición. Robert Leamnson ha descubierto que los canales nerviosos del sistema límbico, centro emocional del cerebro, están unidos a los lóbulos anteriores cerebrales, los cuales desempeñan una importante función en el aprendizaje. En condiciones de estrés, la composición química de las hormonas en el cerebro se transforma. Cuando la persona se siente amenazada, se liberan sustancias químicas que perjudican a la memoria y a la función del aprendizaje. En este contexto, las clases de educación física pueden desempeñar una importantísima función, pues en ellas existe la posibilidad de crear un ambiente libre de estrés y agradable. En la sociedad actual se ha desarrollado un estilo de vida sedentario, debido a la creciente aplicación de la tecnología, que hace olvidar el que la actividad física es un requisito regular para tener una vida larga y sana. Un escolar pasa un promedio de nueve horas al día acostado, cinco horas sentado y otras cinco de pie. La actividad física, especialmente el entrenamiento continuado, compensan el mal humor e incluso combaten las depresiones, puesto que se multiplica la producción de las hormonas de la felicidad, como la catecolamina, noradrenalina, serotonina o beta-endorfinas, produciéndose una profunda sensación de relajación.El deporte acerca a la gente y abre la posibilidad, sobre todo a los niños y jóvenes, de hacer amigos de la misma edad de otros países y culturas a través de programas de intercambio. Las actividades: simplemente, Mueve tu cuerpo, libera tu mente no se puede quedar ahí quieto. Un debate en toda la clase, analizando qué hace cada uno en este sentido y las ventajas que trae una programación personal sería la mejor forma de hacer algo por lo que la UE llama el más preciado don del indi viduo: tu propio cuerpo. La Ley de Calidad de la Enseñanza, aplicada durante el mandato del Partido Popular, incluye la ampliación de la enseñanza del inglés a los primeros cursos de Educación Infantil, un avance que se está aplicando de forma experimental en algunos colegios. De esta forma, se pretende equiparar la enseñanza de idiomas al resto de países de la Unión Europea, donde esta asignatura es de vital importancia. En la imagen, un profesor enseña sus primeros «pinitos» del inglés a un grupo de pequeños de tres años, una edad en la que los niños tienen una capacidad de absorción de conocimientos asombrosa. | dl