López asegura que él ya no tiene nada más que decir, pero insiste en que la ULE quiere un cambio

El perdedor de la primera vuelta de las elecciones a rector de la Universidad de León, el catedrático de Economía Enrique López, aseguró ayer a este periódico que ya no tenía nada más que decir, porque quienes tenían que hablar, los electores, ya lo habían hecho. En cualquier caso, y como epílogo de despedida que tituló «Una nueva etapa que comienza» en su página web se podía leer un escrito en el que aseguraba que «el voto emitido sólo se puede interpretar en una clave: la Univesidad quiere un nuevo gobierno y desea que dicho gobierno lo lidere el profesor Hermida. A mí me corresponde asimilar el resultado y solicitar a los que nos habéis votado que consideréis la oportunidad de transferir vuestro voto, en la segunda vuelta, al profesor Hermida. Creo, sinceramente, que puede liderar un cambio tranquilo». Además, en este escrito, López explica que sus resultados electorales sólo pueden entenderse por la confabulación de tres factores: «nuestros errores, mis limitaciones para la política y el pánico de la comunidad universitaria a describir una Universidad real. Y los tres factores juntos explican el resultado electoral. Nos queda mucha penitencia», afirma López. Por último, puntualiza que no tiene mérito alguno, «pero nos tocó a nosotros asumir la responsabilidad de describir la Universdidad real y enunciar con algo de claridad en qué punto estaba la ULE. Era imprescindible empezar a hablar y tocó a nosotros», finaliza el comunicado.