UPL condiciona el pacto con el PSOE a la autonomía para León y el Plan Oeste

Socios, pero hasta cierto punto. «Los pactos están en el aire desde que nacen». Con esta palabras, el secretario general de la UPL, Joaquín Otero, volvía ayer a cuestionar la «cohabitación» con el PSOE en el Ayuntamiento de León. La alianza municipal se mantendrá con dos condiciones: que el PSOE apoye una autonomía para León -y no sólo una Diputación regional- y que las inversiones previstas en el llamado Plan del Oeste se cumplan. Otero deja ahora la pelota en el tejado del PSOE y, más concretamente, en manos de Zapatero, a quien exige un pronunciamente claro y urgente. Estas dos exigencias contrastan con la defensa del pacto que viene sosteniendo Rodríguez de Francisco. De momento, los socialistas tendrán «el respiro» de las elecciones europeas, aunque la UPL teme que el PSOE pueda rentabilizar el voto leonesista con el debate autonómico. A finales de junio volverá a reunirse la cúpula leonesista para adoptar un acuerdo en firme. Será entonces cuando ponga en marcha una campaña pro autonomía, tal y como se decidió anoche en el primer comité ejecutivo que celebra la UPL tras el congreso de Astorga. Una reunión con notables ausencias -la del sector que encabeza Rodríguez de Francisco-, pese a que salvo éste último, según Otero, los 25 restantes habían justificado su incomparecencia. En las próximas semanas, la UPL puede poner contra las cuerdas al PSOE si, finalmente, presenta una batería de mociones en el Ayuntamiento, la Diputación y las Cortes autonómicas, sometiendo a votación la autonomía para León; una tesis, que, como adelanta Otero, «no va más allá» del alcalde, Francisco Fernández, y el diputado Agustín Turiel. Pero el comité de ayer dio más de sí. El secretario general de la UPL tomó otras decisiones que suponen un giro del partido y, sobre todo, intentan restar protagonismo al hasta hace poco incuestionable , Rodríguez de Francisco. Lázaro García Bayón asume la secretaría de organización. Las deudas Otero quiere cerrar la actual sede, ubicada en República Argentina, dentro de una política de ahorro, dada la situación «preocupante», aunque «no alarmante» por la que atraviesan las finanzas de la UPL, quien arrastra una deuda próxima a los cincuenta millones de pesetas, por las dos últimas campañas electorales, según fuentes del partido. Oficialmente, la sede es excesivamente costosa -230.000 pesetas de renta mensuales-, grande y poco operativa. Sin embargo, algunos «críticos» consideran que no es una simple mudanza, sino que en el fondo Otero persigue «anular» a De Francisco, avalista del local y principal fiador. El ahorro conllevará también el despido de dos trabajadores, que se suplirán con «voluntariado»En la misma línea de buscar fondos, Otero pretende poner al día a los militantes en el pago de las cuotas y que los cargos públicos de la UPL entreguen el 10% del salario neto al partido.