«Estoy tirado, sin dinero y sometido a una atrocidad»

Natural de Palanquinos, con 16 años emigró a Madrid. Ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía en 1977 y su carrera ha sido destacada con un centenar de felicitaciones y varios diplomas por su labor en destinos como terrorismo, tribus urbanas o información, siempre vinculados a la policía judicial e incluso a la seguridad de la Casa Real. Cree que todos estos años no han servido para nada y clama justicia. -¿Cómo está viviendo esta situación con su familia? -Verdaderamente mal. Estoy en la calle y sin nada. Son ya cuatro meses tirado, aguantando. Y todo seguramente por el empeño de alguien que desde el 1 de julio del 2002 no ha parado hasta que lo ha conseguido. -¿El qué? -Verme así. -Si la persecución era tan evidente, ¿por qué no la denunció? -Me siento indefenso porque, entre otras cosas, no sé quién ordenó mi investigación. Por eso hasta que los tribunales no se pronuncien no puedo emprender ningún tipo de acción. De momento, ayer [por el martes] envié una carta a los reyes de España, otra al presidente del Gobierno y otra al ministro del Interior para que conozcan la atrocidad a la que estoy sometido. Me siento agraviado y sin dinero. Esa persecución siempre ha sido camuflada. Pedí dos destinos, pero no se me concedieron, y nunca lo denuncié, no. -Estaba a punto de jubilarse. Se le acusa de tráfico y consumo de cocaína y todo se viene abajo. ¿A qué responde esa coincidencia? -No lo sé. Yo siempre me he puesto a disposición de la policía para que me hagan todas las pruebas que quieran y vean que nunca he consumido cocaína, y menos traficado. Cuando se me cesó, pedí una reunión a mis superiores para explicarlo y no se me concedió. -¿Trabajó alguna vez como albañil? -No, ayudé al hijo de un amigo mío y colaborador de la policía ya fallecido. El chaval va a abrir un local y yo le hecho una mano tres días porque le quiero ayudar por su padre, pero nada más. A él no le han dejado nunca declarar, y lo he pedido varias veces. -¿Y qué va a hacer ahora? -Para la Dirección General de la Policía somos números. Y tengo muy difícil buscar un trabajo a mis años, sólo he sido policía en mi vida y no sé hacer otra cosa. Lo que sé es que no me pondré nunca más el uniforme. Cuando pase todo esto pediré el paso a la segunda actividad, que es un derecho. Pero ya sólo espero desgracias. Sólo tengo a mi familia y a mis hermanos, que de momento se van a hacer cargo de la hipoteca.