Diario de León

Asuntos Internos le investigó por tráfico de cocaína pero le denunció por cargar sacos de cemento

Un policía se queda cuatro años sin sueldo por trabajar tres días de albañil El psiquiatra le recomendó actividades complementarias «como terapia»

El leonés José Alfredo Matanza, de baja psicológica, sostiene que sólo ayudó a un amigo

Publicado por
Marco Romero - redacción
León

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El policía nacional José Alfredo Matanza, originario de la localidad leonesa de Palanquinos pero afincado en Palma de Mallorca, ha sido suspendido de empleo y sueldo durante cuatro años por hacer trabajos de albañilería durante tres días en el local de un amigo, a quien, dice, ayudó a descargar sacos de cemento y a construir un tabique sin recibir nada a cambio. El expediente disciplinario abierto por la Dirección General de la Policía considera una «falta muy grave» el hecho de que Matanza realizase «actividades públicas o privadas incompatibles con el desempeño de sus funciones», razón por la que le suspende de sus funciones durante 1.460 días, añadiendo el agravante de que se encontraba de baja psicológica en el momento de la denuncia. Se da la circunstancia de que Matanza estaba siendo investigado por la Unidad de Asuntos Internos por un posible caso de consumo y tráfico de cocaína, que quedó descartado desde un primer momento. En el transcurso de esa investigación, los policías que se habían desplazado hasta Mallorca vieron trabajar como albañil a José Alfredo en un horario fijo y con descansos para comer entre el 24 y el 26 de marzo del 2003. Parece ser que esta prueba fue suficiente para inculpar al policía leonés, que siempre ha asegurado que ayudó al hijo huérfano de un amigo y colaborador de la policía durante tres días sin contraprestación y con la recomendación de su psicólogo para que realizase algún tipo de actividad que le estimulase durante su etapa de baja por depresión. La instrucción del caso, que fue llevada a cabo por la DGP y que ahora está elevada a los Juzgados de lo Contencioso Administrativo de Madrid, no ha contado con la versión del testigo propuesto por Matanza ni tampoco le ha permitido conocer a petición de quién fue abierta su investigación. El policía sospecha directamente de un mando superior de la comisaría de Platja de Palma, donde estaba destinado. La sanción fue dictada primero por la Dirección General de la Policía y ratificada después por la Secretaría de Estado de Seguridad, dependiente del Ministerio del Interior. José Alfredo Matanza inició su defensa a través de la vía administrativa y, cuando la agotó, continuó su lucha en los tribunales. El contencioso está ahora en los juzgados de Madrid. Matanza está seguro de que pasarán los cuatro años de sanción sin que su caso sea resuelto, momento en el que pedirá su paso voluntario a la segunda actividad, un derecho que cree merecido tras 28 años de una meritoria carrera. En el momento en el que el policía José Alfredo Matanza era investigado por la Unidad de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía se encontraba de baja psicológica. El parte del médico psiquiatra que ha presentado como prueba durante la instrucción diagnosticó a Matanza un «trastorno adaptativo crónico» provocado por «dificultades importantes con un jefe», que se manifiesta con «malestar y deterioro significativo de la actividad, social, laboral y familiar». Este «trastorno mixto con ansiedad y depresión le altera las emociones y el comportamiento, con una irritabilidad importante, si bien no ha presentado síntomas de agresividad o violencia», añade. A la vista de su estado, se le retiraron las armas, tal y como exige el reglamento de la Dirección General de la Policía, «pero no porque una actividad laboral física o intelectual le fuera contraproducente. [...] Se le recomienda la práctica de alguna actividad como terapia complementaria». Citación sin marcha atrás A Matanza se le había informado de que el 10 de febrero se le iba a dar la baja definitiva como consecuencia de la enfermedad que arrastraba desde hacía meses. Sin embargo, un día después fue citado por la Jefatura Superior de Policía de Palma de Mallorca, donde se le notificó la sanción. El primer motivo alegado para investigarle fue el consumo y tráfico de cocaína. El documento del Ministerio del Interior que argumenta las pesquisas señalaba que Matanza «pudiera estar involucrado en el consumo y tráfico de sustancias estupefacientes, concretamente de cocaína, apra lo cual el investigado, previa adquisición de alguna papelinas, procedería a su corte, destinando una parte a su consumo y la otra a la venta, consiguiendo de esta manera financiar su consumo». Esta acusación nunca pudo ser probada, pero los datos que fueron obtenidos de la investigación sirvieron para acusar a Matanza de haber trabajado tres días como albañil. El policía se puso reiteradamente a disposición del cuerpo para demostrar que jamás ha probado la cocaína, exigiendo análisis que nunca se le han realizado para defender su inocencia. Matanza ha alegado en todos sus escritos «indefensión» ante el anonimato de su denuncia, que han sido respondidos con dos réplicas: intencionalidad en el quebrantamiento del principio de disciplina y trasgresión de las normas reglamentarias.

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