El decano de Biológicas repasa la evolución de la especie y la investigación científica sobre ella
Pena alaba la capacidad de la trucha para adecuarse a todo, pero anima a ayudarla
El pregonero de la Semana de la Trucha propone que León erija un monumento a la reina del río
El decano de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de León, José Carlos Pena, actuó ayer como pregonero de la Semana Internacional de la Trucha, una cita de contenido deportivo, ecológico y gastronómico que ya camina hacia los cuarenta años de existencia. Pena, que comenzó reconociendo que no era pescador, alabó la capacidad genética de la trucha para adaptarse a nuevos entornos y sobrevivir en condiciones adversas, hasta el punto -destacó- de haber superado incluso las últimas glaciaciones. Esta fortaleza natural hace que este catedrático de Biología Animal se muestre optimista ante el futuro de esta especie en los ríos leoneses, siempre eso sí, que se respeten unas condiciones mínimas que resumió en tres objetivos básicos: mantener los procesos ecológicos esenciales, preservar la diversidad genética y asegurar la utilización sostenible de especies y ecosistemas. Y es que José Carlos Pena, que propuso la idea de erigir un monumento en la ribera del Bernesga, frente al Hostal de San Marcos, a esa trucha que dio fama internacional a los ríos leoneses, puso de manifiesto en su discurso los profundos cambios que el deporte de la pesca en los ríos leoneses desde que en 1966 se celebró la primera edición de la Semana Internacional de la Trucha, cuando según relató, el tío Agapito de Armunia iba al río en su moto ISO, o como mucho otros los hacían en un Seat 600 y pescaban a pluma desde la orilla con alpargatas en los pies; hoy, los potentes todo-terrenos llegan a donde no lo hacía la Vespa, y la mayoría de los pescadores prefieren la tralla a la pluma y calzan vadeadores con los que entran en el propio río, un territorio en el que las truchas hace sólo unos años no veían un solo anzuelo, y en el que hoy ven perdida la tranquilidad que necesitan, sobre todo en fases críticas, como son la configuración de los territorios o los cambios de alimentación al pasar de larva a alevín y después a truchilla, según advirtió este científico. La ciencia, aliada de la trucha Pero un pregonero tan ligado a la ciencia no pudo pasar por alto las investigaciones que en estos casi cuarenta años han contribuido a que se conozca algo más a la trucha y sus comportamientos, su adaptación a los territorios y su caracterización genética. El pregonero citó a los principales investigadores que han aportado valiosa información sobre los salmónidos, aún misteriosos para la ciencia en ciertos aspectos, muchos de los cuales desarrollaron y desarrollan su trabajo en la Universidad de León. Luis Ángel Pena destacó los trabajos del equipo de la profesora Herraez para la criogenización de semen de peces, que en un futuro pueden servir para construir bancos genéticos vitales para la conservación de la trucha.