El imperio nacional creado por dos hermanos se revendió en el 2001
Los dos hermanos Navarro proceden de Asturias. Uno -hoy fallecido- decidió quedarse en el Principado y abrió ópticas hasta en los rincones más insospechados de la comunidad vecina. El otro, Gregorio, cruzó el Pajares y comenzó en León un próspero negocio que expandió al resto de España. Tiene 82 años y vive actualmente en Madrid. Gregorio Navarro vendió su empresa en 1997 a dos compañías de capital riesgo, una con participación inglesa y otra alemana. Asumieron las tiendas de León y el resto del país, excepto las asturianas. La empresa se volvió a vender en octubre del 2001 al grupo Angiolucci, que ya poseía trece ópticas en Sicilia. El grupo pretende potenciar las instalaciones de logística, comercial y almacén de Madrid, a las que incorporó el pasado 3 de mayo el centro de administración nacional que hasta ahora estaba asentado en La Palomera. De las doce trabajadoras afectadas que acudieron a los tribunales para evitar el traslado, una renunció a las acciones judiciales, finalmente, y optó por recolocarse en otro puesto de Navarro en León. Diez de las empleadas decidieron no incorporarse a su puesto en Madrid y han cobrado las indemnizaciones. Sólo una ha optado por desplazarse a la capital española donde continúa como directora del centro administrativo. Fabio Angiolucci asegura que la empresa ofreció, incluso, un piso a las trabajadoras que debían dejar León para incorporarse en Madrid, pero que no lo aceptaron. Reitera que la decisión es empresarial y por operatividad del grupo, y niega que buscaran los despidos, «porque nosotros valoramos la experiencia».