Un sendero de fe y adoración
La procesión del Corpus Christi reúne a cientos de fieles en un cortejo con el clero, la Corporación, cofradías y asociaciones Los pequeños, protagonistas
Una conmemoración secular que se remonta al siglo XIII. La Iglesia Católica celebra cada año esta efeméride para festejar la institución de la Santa Eucaristía y tributar culto público de adoración, amor y gratitud. El Corpus Christi comenzó en la capital con una misa en la Catedral oficiada a las 10.00 horas por el obispo, Julián Lopez. La liturgia dio paso a la procesión que contó con la presencia -como establece la tradición- de la Corporación municipal. Encabezada por el alcalde de la ciudad, Francisco Fernández, y escoltada por maceros, guardia real y la banda municipal, salió de la sede del Ayuntamiento en San Marcelo camino de la plaza de la Catedral para unirse al cortejo de fieles encabezado por el obispo para iniciar la procesión del Corpus. Cofradías, hermandades y asociaciones acudieron al cortejo con estandartes, banderas, guiones y varas. A la cabeza del desfile, la Cruz Profesional de la Catedral y los ciriales, seguida de las cruces parroquiales. Tras ellas, imágenes y cofradías de la ciudad y demás colectivos participantes. Los últimos, los representantes del Seminario, el clero, el Cabildo de San Isidoro, el de la Catedral, la Carroza del Santísimo, la presidencia, autoridades y banda de música. Tras recorrer parte del viejo León, Santo Domingo y la Calle Ancha, el cortejo regresó a la Catedral, donde las imágenes fueron colocadas a su cara, mientras en el altar mayor se realizó la bendición con el Santísimo. El himno nacional acompañó la bajada de la Custodia de la Carroza al fin de la procesión. Cientos de fieles y niños vestidos de primera comunión siguieron el recorrido.