Más de 18.000 personas, la mayoría jóvenes, abandonan León en un año

La despoblación parece imparable en León. El año pasado 18.502 personas abandonaron la provincia, la mayoría en busca de mejores oportunidades en otros zonas de España. El mayor grupo de «exiliados» se concentra en el tramo de edad de 25 a 34 años -en concreto, 5.127- y hay más mujeres, por una mínima diferencia: 8.455 frente a 8.411 hombres. Las cifras no podían ser más negativas, teniendo en cuenta el índice de envejecimiento de la población y que no existe renovación generacional; el año pasado fallecieron 5.309 personas por tan sólo 3.199 nacimientos. También cabe destacar que junto a la mayor emigración femenina, en León nacen más niños (1.603) que niñas (1.596), según los datos del Instituto Nacional de Estadística referidos al 2003. Sin embargo, León consiguió «enmendar» las cifras de población gracias a los inmigrantes. Pese a ser la provincia de la comunidad autónoma con la tasa más alta de emigrantes, también es la que recibe a más extranjeros. A lo largo del último año 17.354 personas procedentes de otros países recalaron en León; por lo que el saldo migratorio se cerró con una pérdida de sólo 1.148 habitantes, a los que hay que sumar los resultados del crecimiento vegetativo (-2.110). En total, el censo leonés se cerró en el 2003 con 3.258 personas menos que el año anterior. Los flujos de población también fueron negativos en el conjunto de la comunidad, donde la «sangría» afectó a todas las provincias, excepto Ávila que ganó 379 habitantes, Soria (siete más) y Segovia (68). En conjunto, fue la segunda comunidad española que registró una mayor pérdida de población: 32.448 personas se desplazaron a otras autonomías y únicamente 27.431 foráneos (22.852 nacionales y 4.579 extranjeros) decidieron instalarse en alguna de las nueve provincias de Castilla y León. Si se mantienen las tendencias actuales de mortalidad y fecundidad, a pesar de que es previsible que siga aumentado la inmigración, el envejecimiento de la población en León es imparable. La inmigración es la que puede paliar o suavizar en cierta medida el progresivo envejecimiento de la población, ya que las madres extranjeras aportan diez de cada cien nacimientos que se producen. Sin embargo, los expertos ya han alertado sobre la probabilidad de que las mujeres inmigrantes tiendan a adoptar las pautas de comportamiento de este país, por lo que su fecundidad irá disminuyendo progresivamente. El número de hijos por mujer ha pasado de 2,8 en 1975 -cuando la edad media de la maternidad eran los 28,8 años- a 1,3 en la actualidad, con una edad media de maternidad de 30,8 años. Desde 1981 en León no hay reemplazo generacional. «Minihogares» Cada año se jubilan en este país más de 700.000 personas. Mientras en 1970 había 6,3 personas menores de 16 años por cada mayor de 64, en la actualidad esa relación es de 4 a 1. En los últimos treinta años se ha pasado de una media por hogar de casi cuatro personas a menos de tres y los hogares unipersonales rozan los tres millones -la mitad mayores y mujeres en el 75 por ciento de los casos-, cuando sólo había 660.000 en los setenta. Casi 14 millones de personas han cambiado de residencia entre 1976 y el 2000. Si en los años del desarrollismo económico Madrid, Barcelona y el País Vasco eran las principales receptoras de población, hoy lo son las ciudades del eje mediterráneo y del Ebro y los dos archipiélagos.