¡Emanyé, Emanyé!, con vuestro dinero me quedé

La picaresca de los estafadores no conoce límites. Al menos dos leoneses han sido timados recientemente por una falsa vidente y su ayudante, quienes les convencieron poco a poco de que un mal se acercaba a sus vidas y que la única forma de hacer frente al malecifio era a través de un conjuro mágico que purificara sus bienes materiales. Pero la única limpieza astral que se produjo fue la de los incautos clientes, que se han quedado mirando al sol. Según fuentes de la investigación, la falsa santera y un hombre de mediana edad alquilaron hace escasas fechas un piso. Ya asentados, solicitaron una línea telefónica para anunciarla como contacto. Midieron muy bien sus pasos, pero dejaron varias pruebas del presunto delito. Contrataron a varios jóvenes a través de anuncios en la prensa local y les dieron instrucciones para que entregasen la publicidad cerca de hospitales y centros de salud. Consultas a precio de oro La propaganda decía así: «Astróloga vidente cura todos los males posibles». Se facilitaban contactos telefónicos que correspondían a un teléfono móvil y a un fijo. Con el tiempo, la falsa santera y su ayudante comenzaron a recibir las primeras visitas en su improvisada consulta, por las que cobraba un mínimo de 20 euros. En estos encuentros, seleccionaban a las víctimas que, por lo general, coinciden con personas con numerosos problemas de salud y fácilmente influenciables, destacan desde la investigación. Elegida la víctima, la falsa vidente le manifestaba que estaba a punto de ser objeto de una terrible desgracia y que, para evitarla, debía acudir a su consulta con todo el dinero y las joyas disponibles para realizar un conjuro y realizar el mal. El paquete en el que introducía el dinero y las joyas era tratado con inciensos, ungüentos mágicos y pases magnéticos. Concluido el ritual, la bruja sentenciaba que el paquete debía reposar unas horas o días, mientras se cargaba de energía astral positiva. Algunos timados de otras provincias vieron cómo su dinero se había convertido en papel de periódico tras la limpia. La presunta timadora siguió ganándose la confianza de sus víctimas y, después de haber recibido una gran cantidad de dinero y otros bienes materiales, desapareció con su cómplice, abandonando el piso alquilado sin dar más explicaciones. La policía tiene conocimiento de dos personas afectadas, pero no descarta que existan muchas más que por vergüenza u otras causas no han llegad a presentar denuncia, por lo que piden colaboración ciudadana. Sospechosa casualidad Se da la circunstancia de que en junio del año 2002, agentes del Grupo de Delincuencia Económica de la Comisaría Provincial de Alicante detenían en el aeropuerto de Barajas a un hombre y una mujer brasileños cuando se disponían a abandonar el país. Se les acusaba de ser los presuntos autores de numerosas estafas millonarias cometidas entre otras provincias en León. Su forma de actuar era la misma y llevaron a cabo la misma estafa en Zaragoza, Málaga, Córdoba, Palma de Mallorca, Palencia, Badajoz y Alicante. «¡Emanyé, Emanyé!», dice el grito de los santeros, pero el de los de verdad.