Diario de León

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La «peor pesadilla» del Partido Popular

La crisis del PP se precipitó con la visita de Rajoy en enero, cuando los críticos escenificaron su malestar con las listas

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Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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«Vamos a ser vuestra peor pesadilla en la campaña», cuentan las crónicas que le espetó la presidenta del PP en el Bierzo, Fátima López Placer, a un dirigente regional de su partido cuando a finales del pasado mes de enero la mayoría de los cargos bercianos aprovecharon la inminente llegada a León de Mariano Rajoy para escenificar su descontento con la exclusión del todavía diputado Ángel Escuredo de listas electorales. La fractura en el PP, que ya había dado pie a situaciones esperpénticas el verano anterior en el Consejo del Bierzo, se hacía patente con los principales cargos del partido aguardando entre periodistas la llegada de su líder nacional al Hotel San Marcos y acababa robando el protagonismo mediático a quién por entonces se perfilaba como futuro presidente del Gobierno. Desde aquel día, la suerte de Fátima López Placer en el partido estaba echada, sobre todo porque los críticos se encargaron de pregonar que si no obtenían dos puestos de salida en las listas podrían poner en peligro la estabilidad del gobierno de la Diputación, algo con lo que ya habían amagado cuando se puso en duda la continuidad de la presidenta comarcal del PP en el Gobierno provincial. La crisis actual sólo es el epílogo de aquella batalla perdida por los críticos, que no se han resignado a renunciar a su influencia sin hacer ruido. Escuredo dimitió de la secretaría del partido y culpó a Herrera y a Mañueco -las manos que moverían la «marioneta» del presidente provincial, José María López Benito, para dominar al PP en León diviéndolo-, de excluirle de las listas por ser demasiado reivindicativo para el Bierzo. Luego, la derrota electoral redobló las acusaciones hasta llegar al penúltimo pulso. El desafío de la doble votación de compromisarios al Congreso Nacional de octubre sólo ha sido una órdago más de alguien que ya sabía que difícilmente podría ganar y que, sin embargo, no se va a conformar con su suerte. Ahora llega Fidel Cerezales y hay quien no puede dejar de verle como una suerte de Vicente Del Bosque sentando sus posaderas, conciliador, sobre la silla de un toro mecánico.

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