Los pendones leoneses inundan de colorido las calles de Compostela

La tradición leonesa se dejó notara ayer en las calles de Santiago de Compostela con motivo del año Jacobeo. Más de cuarenta pendones y varias pendonetas recorrieron las calles de la localidad gallega levantando expectación al paso de numerosos peregrinos. La iniciativa partió no hace mucho de varios pueblos cercanos a León, contando con el apoyo de la Diputación, quien animó a otros ayuntamientos a unirse a la procesión. El resultado, un vistoso desfile de colores de hora y media de duración por seis calles compostelanas, cumpliendo el recorrido marcado desde la Rúa de San Pedro hasta la plaza del Obradoiro, donde realizaron acrobacias con los pendones y bailes regionales. Botafumeiro y bendición La catedral sirvió de marco de encuentro a todos aquellos descendientes de los que una vez crearon los pendones para distinguirse de sus enemigos en las batallas y ahora se presentan unidos para no dejar en el olvido unas tradiciones muy arraigadas en la provincia. En ella se celebró la misa ofrecida por el déan de la catedral. Tampoco quiso perderse el acontecimiento el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quien saludó atentamente a los miembros de la comitiva. Un cofre de madera bien cerrado en manos de varios diputados sembró el misterio hasta el momento de la ofrenda al apóstol. En su interior se encontraba una réplica exacta del gallo de San Isidoro, cuya originalidad dejó al arzobispo maravillado, quien prometió conservarlo en el museo de la catedral. Por su parte los cerca de 1.500 peregrinos de León que se desplazaron hasta allí entregaron un ramo de flores con el dibujo del escudo de León. La afluencia de varios cientos de personas a la plaza fue patente. Algunos preferían ver el conjunto desde lejos a las puertas de la catedral; otros se acercaban a curiosear entre los grupos de bailes.