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Nuevo secretario provincial de CC.OO.

«Lo de cobrar sin hacer nada no es mi ideal; ni prebendas ni tampoco caridad»

El nuevo responsable provincial de CC.OO. plantea sus objetivos para los próximos cuatro años y su visión sobre la situación de la provincia y las expectativas ante el futuro

Ignacio Fernández, profesional de la enseñanza, es desde el 26 de junio el responsable de CC.OO.

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Juan Vázquez - león
León

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Acaba de asumir la dirección provincial de CC.OO. después de acceder a la secretaría general en el congreso del sindicato del pasado 26 de junio. El objetivo de Ignacio Fernández a nivel interno es llegar al próximo congreso con la misma cohesión de la que goza actualmente la organización, mientras que la meta a nivel social para este sindicalista procedente de la enseñanza es lograr sentar las bases para que la provincia deje de perder población. «Si conseguimos eso, será señal de que las cosas se están haciendo bien», sostiene. -¿Qué objetivos le gustaría alcanzar en los cuatro años en los que estará al frente de CC.OO? -En cuanto a la organización, la verdad es que el escenario que sale del congreso es bastante positivo; el hecho de que sólo hubiera una candidatura, que tuviera un respaldo muy amplio, eso significa que estamos en un momento relativamente bueno, porque los últimos congresos siempre habían sido bastante más traumáticos. Si conseguimos que durante estos cuatro años esa situación se consolide y podamos llegar al siguiente congreso en un estado similar, pues eso significará que hemos construido la organización hacia adentro, y esa es una de las cosas que me interesa. Hacia el exterior diré un dato en cuanto a objetivos a alcanzar, que yo creo que sólo con ese, engloba a casi todo lo que se puede aspirar a conseguir: Si somos capaces en este cuatrienio de poner las bases para evitar que la despoblación de esta provincia continúe, eso significará que en todo lo social y laboral habremos puesto también las bases para cambiar de signo la trayectoría de esta provincia. Yo creo que ese es el principal indicador. -La siniestralidad sigue siendo en pleno siglo XXI una lacra para el mundo laboral. ¿Es un mal endémico, o puede erradicarse? -Pues hombre, es tan mal endémico en cierto modo como los accidentes de carretera. En la medida en que se realizan labores de riesgo, evidentemente hay más posibilidades de que ocurra; ahora bien, existe una Ley de Prevención de Riesgos Laborales que, hoy por hoy, no está siendo cumplida, igual que existe un Código de Circulación que no es cumplido, por lo tanto no creo que sea un mal inevitable, existen medidas, existen técnicos de prevención y existen inspecciones, y si eso es insuficiente, pues posiblemente habrá que reforzarlo. -¿CC.OO. puede dar respuesta a los jóvenes que se incorporan al mercado laboral a través de empresas de trabajo temporal o como falsos autónomos? ­-La organización sí que está preparada. Tenemos una fundación, que es Forem, que a parte de la formación, trabaja en orientación para el empleo. Sí que tenemos medios para orientar y para tratar de combatir la voracidad de ese mercado laboral con la juventud. Por otro lado, es verdad que en esta ejecutiva que hemos renovado, hemos separado lo que antes estaba unido, que era toda la acción social, y si hemos separado juventud e inmigración por un lado y mujer por otro, es porque era necesario precisamente prestarles una mayor atención. Por lo tanto sí que estamos preparados. Hay un cierto prejuicio de todas maneras hacia las organizaciones sindicales por parte de determinados jóvenes que se acercan por primera vez al trabajo, un prejuicio o un desconocimiento, y por eso hay otra tarea que hacer en ese sentido, y quizá sea acercar el sindicato a los centros de formación profesional. -Como profesional de la enseñanza, ¿cómo valora que cada Gobierno nuevo ponga patas arriba todo el sistema educativo? -En cuestiones básicas, como las pensiones, por ejemplo, hemos sido capaces de alcanzar acuerdos en materia de pensiones porque entendemos que supera los ámbitos políticos, sindicales y temporales de un Gobierno. Pues bien, hay elementos que también necesitan un pacto de carácter estatal y continuado, sobre todo dos, la sanidad y la enseñanza, porque son servicios públicos imprescindibles; eso es lo que ha faltado. Ahora bien, hay una diferencia muy grande entre la última reforma y la que inició el PSOE en su día, que fue al menos muy debatida y experimentada. Hasta que la Logse se puso en funcionamiento hubo toda una trayectoria de libros blancos y de discusión con la comunidad educativa que no existió ahora, y eso es imperdonable. Sea como fuere es necesario un pacto en educación en este país, porque no vamos a ninguna parte cambiando cada dos años. -Usted fue el primer director del Instituto Leonés de Cultura y al poco dejó el cargo porque no tenía trabajo para hacer. ¿Eso no fue renunciar al sueño de mucha gente, de cobrar sin hacer nada? -No es que no hiciera nada. La Diputación me encargó un trabajo y yo lo hice; lo que pasa es que yo dudé de la voluntad política de poner en marcha el proyecto que se me pidió de inmediato y en los términos en que yo lo elaboré. Quizás pequé de impaciente, porque tenía mucha ilusión en aquel proyecto y la ilusión me cegó. No obstante, lo de cobrar sin hacer nada no es mi ideal. Yo quiero que se me pague un sueldo justo por un trabajo; ni prebendas ni tampoco caridad. -¿Es usted de los que tienen grandes expectativas en la actuación del nuevo Gobierno socialista con León? -Esta organización sindical negocia siempre con quien tiene en frente. La patronal o la Junta no son precisamente de izquierdas, pero negociamos con ellos y obtenemos resultados. ¿Expectativas? Todas. A mi modo de ver hay una diferencia entre este momento y el 82, y no es que el presidente sea o no de León; es que entonces la gente votó en aquel momento por esperanza, y la esperanza es muy difícil de gobernar; la gente se desencantó. Pero en este momento la gente ha votado con más realismo y ve este Gobierno con expectativa, y esa sí se gobierna si se es inteligente. Conciendo a José Luis Rodríguez Zapatero, sé que es inteligente y sabrá gobernar esas expectativas. -¿Las crisis de Antibióticos y la de Enervisa reflejan el fracaso de la industria en León? -No son momentos sencillos para este tipo de empresas. Antibióticos se enfrenta a una situación que, de forma objetiva, es difícil de afrontar, porque es verdad que la mundialización le afecta bastante; producir penicilina en China es más barato que hacerlo aquí, eso es cierto. Ahora bien, Antibióticos se ha nutrido de todo el apoyo de la sociedad leonesa y de las subvenciones de las administraciones, y tampoco se puede cerrar el chiringuito de buenas a primeras justificándose en costes laborales. La primera idea de Antibióticos de hacer una regulación de empleo se ha paralizado porque se han puesto sobre la mesa otras alternativas, que no van a solucionar la papeleta ni mucho menos, pero yo creo que se pueden tener ciertas expectativas de futuro. En cuanto a Enervisa, es un ejemplo de una reconversión en una cuenca minera mal hecha. A diferencia de lo que se ha hecho en otras zonas, caso del Bierzo, donde el dinamismo no se ha perdido, en la cuenca de Sabero se hizo mal, y Enervisa vino a ser un parche de última hora pues quizá está pagando ahora las consecuencias de que las cosas en esa cuenca se hicieron de manera catastrófica. De todas maneras no hay muchas más alternativas allí, y por eso nosotros vamos a estar con los trabajadores de Enervisa en todas las movilizaciones que han iniciado. Y sobre la industria en general, a mí me parece fundamental en este momento consolidar el tejido industrial que existe; ese el principal tirón para atraer otras empresas, en vez de dejarnos llevar como en otras ocasiones hemos hecho con campañas de imagen del tipo Biomédica o escuela de pilotos. Los fuegos de artificio sólo son buenos para las fiestas.