Un traje para luchar contra las llamas
El equipo de protección individual se ha convertido en una pieza básica utilizada por las cuadrillas terrestres y helitransportadas
En el mundo laboral, la preocupación por la seguridad de los trabajadores se ha convertido en una premisa cada vez más acentuada con el paso de los años, sobre todo en las profesiones de riesgo. En Castilla y León, los miembros del Operativo de la Lucha Contra Incendios Forestales se benefician cada campaña de mejoras en lo que algunos consideran su «segunda piel», el Equipo de Protección Individual (EPI). El EPI es algo más que un uniforme integral de protección ante las llamas; es un arma de lucha contra el fuego que permite trabajar en condiciones de seguridad, que ha evitado graves quemaduras e incluso ha impedido desgracias personales. El color verde y amarillo de este equipo ya se asocia a la lucha contra incendios forestales y su eficacia se ha extendido entre los más de 4.000 miembros que integran el operativo de esta campaña en la comunidad. Este año se añade la circunstancia de que el material utilizado en la mayor parte de los elementos es el kevlar, el empleado para la confección de chalecos antibala. Así, tanto la funda que cubre todo el cuerpo como el cinturón portaobjetos o los chalecos de alta visibilidad son de este tejido ignífugo. De esta forma, el equipo puede quemarse pero sin provocar llamas, también resiste el corte y al tener una estructura compuesta de kevlar tampoco se rasga.