Roberto Arriba, de 24 años, llevaba dos meses en la empresa asturiana
Muy grave un minero de Caboalles tras accidentarse en el Coto Cortés
Fue operado durante cinco horas en Oviedo para reconstruirle el cráneo y puede perder un ojo
El ayudante minero Roberto Arriba Rodríguez, de 24 años y vecino de la localidad lacianiega de Caboalles de Abajo, fue víctima ayer de un grave accidente laboral en la mina asturiana de Hullas del Coto Cortés, en la cercana población de Cerredo. El siniestro tuvo lugar a las 7.45, mientras el minero realizaba su trabajo en un taller entre las plantas primera y segunda del interior de la explotación carbonera, en la que trabajan buen número de loeneses y lacianiegos por la cercanía de la mina a la provincia. Arriba llevaba dos meses en el Coto Cortés, aunque ya en anteriores ocasiones había trabajado de forma eventual en la compañía hullera del Principado. Como consecuencia del accidente, que está bajo investigación para determinar si Abajo fue víctima de un costero o de una caída puesto que ninguno de sus tres compañeros fue testigo ocular de los hechos, el joven productor sufre un traumatismo craneoencefálico severo. El accidentado fue sacado del tajo por sus propios compañeros y atendido por el médico de empresa y los servicios de la sanidad asturiana en el centro médico de Cerredo. Ante la gravedad de las heridas, fue trasladado por un helicóptero del 112 de Asturias al Hospital central de Oviedo, donde al cierre de esta edición permanecía ingresado en la UCI en estado muy grave según el último parte médico facilitado por el centor hospitalario de la capital del Principado. A pesar de la gravedad de las heridas, no se teme por su vida inicialmente, aunque habrá que esperar 72 horas según los médicos para ver como evoluciona. Especialmente su ojo izquierdo, puesto que presenta una explosión del globo ocular de difícil pronóstico. Roberto Abajo recibió el golpe en la parte superior izquierda de su cráneo. Los cirujanos del hospital de Oviedo lo operaron ayer durante más de cinco horas, desde las tres de la tarde, para reconstruirle la parte afectada y son optimistas ante la posibilidad de que a pesar de la gravedad del golpe que sufrió acabe no presentando secuelas en el cerebro.