Los cacos actuaron de madrugada y se llevaron el dinero de las tragaperras y máquinas de tabaco
Varios robos siembran la alerta en bares de carretera del sur de León
Los locales están situados en la antigua vía que une la provincia leonesa con Benavente
Varios bares y restaurantes situados en la carretera nacional 630 que une León con Benavente fueron atracados la semana pasada por una banda de ladrones que se llevaron el dinero recaudado por las máquinas tragaperras, así como el de los dispensadores de tabaco. Los hechos, que han sembrado la alarma entre los hosteleros de la zona, se produjeron desde la madrugada del pasado domingo 22 de agosto y en la actualidad están siendo investigados por la Guardia Civil. Aunque no quisieron dar más datos, fuentes de la Benemérita explicaron a este medio que se cree que los responsables de los robos no son de la zona, con lo que se baraja la posibilidad de que se trate de extranjeros. En el área de servicio Sarmiento Fuertes, de Toral de los Guzmanes, dos personas la emprendieron a mazazos con la caja fuerte la noche del pasado domingo, sobre las 5 de la mañana, pero no consiguieron abrirla y al final sólo se produjeron algunos daños materiales. En la pizzería- restaurante Los Asturianos de Villaquejida cuentan que, también en la noche del domingo, entraron a su restaurante dos hombres que cogieron el dinero de la máquina recreativa aunque no supo precisar la cantidad exacta. En esta ocasión, los ladrones huyeron al saber que habían sido descubiertos. El hostal Palazuelo de Villamañán ha sido otro de los afectados por los citados robos. Los hechos tuvieron lugar la noche del pasado martes al miércoles, sobre las 3 de la madrugada, «aunque no nos dimos cuenta hasta las 7.00 horas, que es cuando abrimos al público, pues los vecinos no oyeron nada». Los ladrones se llevaron las monedas de una de las máquinas tragaperras- algo más de 1.200 euros- y dejaron una barra plana de hierro con la que destrozaron la máquina. En Villaquejida, el restaurante San Agustín también sufrió un atraco la noche del pasado miércoles. En esta ocasión, los vándalos consiguieron llevarse una cantidad que ascendía a los 1.000 euros, también de una máquina recreativa. Los cacos entraron en el local tras observar que el último camarero había terminado su turno y cerraba el establecimiento, tras lo cual intentaron abrir la máquina registradora pero no pudieron, al igual que el dispensador de tabaco.