Diario de León

| Reportaje | Príncipe de Asturias a la Concordia |

Alegría en la mochila peregrina

Muchos viajeros desconocían que se hubiera concedido este premio porque no habían tenido información. Peregrinos y hospitaleros asumen como propio el merecido galardón

Los peregrinos están satisfechos con el premio y se sienten recompensados con él

Los peregrinos están satisfechos con el premio y se sienten recompensados con él

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Elena Fernández - león
León

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La noticia de la concesión del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2004 al Camino de Santiago llegó de forma escalonada a los peregrinos. No todos tienen posibilidad durante el trayecto de estar al tanto de la información diaria porque ni en todos los albergues hay internet, ni todos los pueblos tienen quioscos. Además, hay muchos caminantes que prefieren desconectar totalmente del mundo y centrarse en una experiencia que, en muchas ocasiones, también incluye una dosis de aventura. Es el caso de Josefina, de Tarragona, quien conoció por Ical la concesión del galardón. «Me parece muy merecido porque se puede decir que la concordia define el Camino», afirma, y añade que el premio «le puede ir muy bien al Camino porque tiene mucha repercusión». «No lo sabía porque ni leo ni veo tele estos días», reconoce, y comenta que tanto ella, de 59 años, como su marido, Antonio, de 60, iniciaron la Ruta en Pamplona. La hacen en bici y esperan llegar a Santiago desde León en tres días. A Josefina le llama la atención haber encontrado «gente tan agradable y que está muy amable tan temprano». Y es que los más madrugadores inician su etapa diaria a partir de las cuatro y media de la mañana. «Hay muchos extranjeros, jóvenes y solos que les saludas y se esfuerzan porque les entiendas y eso me emociona», explica. Devolver lo recibido Entre Bercianos del Real Camino y Reliegos, el peregrino hace parada en El Burgo Ranero. Allí se encontraba Carlos Veiga, jubilado de Getxo, Vizcaya, que recorre el Camino de Santiago por octava vez, dos en bici y seis a pie, y que en esta ocasión ejerce de hospitalero. «Me pareció que después de tantos años me tocaba ayudar un poco», afirma. La concesión del Príncipe de Asturias le produce «no sé si emoción pero sí ilusión porque parece como que te toca parte», reconoce. «Cada vez es una experiencia nueva y te encuentras personajes singulares», apunta y destaca de esta ocasión su encuentro con un matrimonio japonés de 73 años él y 68 su mujer. «Quise darles unos higos y unas pastas e intentaba explicarme en inglés para que los cogieran y resulta que me contestaron en un castellano perfecto porque dejaron su país hace años y viven en El Lepe», cuenta. Esa pareja recorre cuatro etapas del Camino cada año, las que les permite su condición física. Su experiencia le dice que recorrer la Ruta Jacobea en bicicleta tiene sus ventajas porque permite llegar hasta donde otros, por puro cansancio, no pueden. «Si encuentras una ermita o un castro aunque lleves muchos kilómetros descansas un poco y vas a verlo pero si haces el Camino a pie es imposible», asegura Carlos Veiga.

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