Las cuencas necesitan veinte años más para su reconversión industrial

La minería leonesa no podrá ser sustituida por una nueva estructura industrial sólida antes de dos décadas, según desvela un estudio de CC.OO. Después de analizar la evolución del sector donde se contemplan parámetros como plantillas, recolocación de empleo y proporción en la que se han creado proyectos alternativos, las conclusiones del sindicato desvelan que León y otras zonas mineras como Asturias, necesitarían por lo menos dos nuevos Planes que se extiendan más allá del 2012. Según explica el secretario de la Federación del Metal del sindicato, Alberto González, «habría que crear un Plan con un mínimo de diez años y mantener ayudas para que siga la explotación minera al mismo tiempo que se desarrollan proyectos alternativos». Por esta razón critica la política empleada en la cuenca de Fabero, «donde cerraron primero y pensaron después qué se iba a hacer. Esto no tiene sentido porque provoca despoblamiento y finalmente la zona carece de interés para proyectos empresariales. Ahora que está la gente asentada habría que mantener el carbón junto a actividades que fomenten otro tipo de industria». La organización sindical considera que no se debe cerrar los pozos de forma inmediata, sino aplicar una política y mecanismos de reactivación antes del cierre, o como mínimo, durante el mismo. Respecto a la actitud gubernamental sobre esta situación, González valoró que «el reciente anuncio de un nuevo Plan en Rodiezmo no significa nada, porque hace falta entrar en detalle. Esperamos que a partir de septiembre se empiece a estudiar el futuro, con independencia de que ahora tengamos un Plan vivo». Según CC.OO., la revisión de la política actual incluiría dos «aspectos desviados»: el descenso de la producción y del empleo. Reducción de la producción El estudio del sindicato revela que casi el 50% de la reducción en la producción del país corresponde a las cuencas leonesas. Las propuestas para un nuevo Plan destacan la búsqueda de una fórmula que no corte de golpe las prejubilaciones y las empresas no se queden repentinamente sin plantilla. «Lo que los trabajadores no van a admitir es un empleo sin calidad. También hace falta desarrollar una política de recolocaciones para que las cuencas mineras mantengan un empleo joven», aseguró González. CC.OO. estima que la sustitución del carbón a largo plazo será inviable si antes no se apoyan alternativas.