UGT denuncia que en la cárcel sobran 500 presos y faltan 80 vigilantes

El número de reclusos en el centro penitenciario de Mansilla se ha multiplicado por cinco desde su apertura, hace ahora cuatro años. UGT denuncia que, en cambio, el número de funcionarios no ha crecido en idéntica proporción. De una plantilla de 420 trabajadores, sólo la mitad se dedican a tareas de vigilancia, de forma que, según el sindicato, en cada turno apenas hay 45 trabajadores para controlar a 1.500 internos, de los cuales 58 son mujeres. «En numerosos módulos existe sólo un funcionario para 120 internos y, en el mejor de los casos, dos. En estas condiciones, es imposible garantizar la integridad física de los internos», según las mismas fuentes. Los trabajadores estiman que serían precisos al menos 60 funcionarios aparte de otros 20 que aún restan para completar los previstos en la relación de puestos de trabajo (RPT). La situación de la macrocárcel de Mansilla no es aislada, ya que prácticamente en todos los centros penitenciarios de la región el nivel «de ocupación» es similar. Por ello y, teniendo en cuenta que cada año 3.000 personas ingresan en las cárceles españolas, el sindicato pide al Gobierno que actué con cierta previsión, dotando a los centros penitenciarios de más personal y habilitando otros nuevos. En los dos últimos años la cárcel de León ha pasado de estar infrautilizada a «masificada»; y, como consecuencia, en la mayoría de las celdas hay dos presos, que comparten apenas tres metros cuadrados de espacio. A la falta de personal y el hacinamiento de los internos, UGT añade el «babel» en que se ha convertido Villahierro, donde un total de 728 reclusos (el 48%) son de cincuenta nacionalidades diferentes. La mayoría de los extranjeros son de raza árabe y de confesión islámica (el 28%), especialmente de Marruecos (359 internos). Los funcionarios consideran indispensable poder disponer de un intérprete de árabe. El sindicato critica que ni la dirección ni la Administración «se han preocupado de que exista ni un sólo intérprete». Los más peligrosos En estos momentos, en la prisión leonesa cumplen condena 19 reclusos «peligrosos». Se trata de 15 internos pertenecientes a la banda terrorista ETA, dos de grupos terroristas islámicos y dos croatas condenados por genocidio. Aunque fuentes de la prisión afirman que «no son especialmente conflictivos». UGT también acusa a la dirección del centro penitenciario de León de poner trabas para la realización de cualquier curso, a pesar de que hayan sido pactados entre la Administración y los sindicatos.