Diario de León

| Reportaje | Crisis espiritual entre los jóvenes |

La Iglesia necesita vocaciones

En los últimos doce años el Seminario Menor de León ha perdido un 87,3% de los alumnos y el Seminario Mayor no ha logrado llegar a la veintena de aspirantes por año

La crisis de vocaciones pone en serio peligro el relevo generacional de un clero ya muy envejecido

La crisis de vocaciones pone en serio peligro el relevo generacional de un clero ya muy envejecido

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Noelia M. Castellanos - león
León

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La vida clerical y el sacerdocio no parecen atraer a los jóvenes leoneses, o al menos así lo demuestran los datos aportados por el Obispado. Así, el número de alumnos en el Seminario Menor de León descendió desde los 170 que iniciaron el curso 1992/1993 hasta los 13 que empezaron el pasado año, lo que supone un decrecimiento del 87,3% en los últimos 12 años. Durante este período de tiempo, el Seminario Menor de la capital ha sufrido una disminución continuada en su número de seminaristas, sin que existiera ningún resquicio alguno de recuperación, con una media de 7 alumnos menos cada curso. Esta crisis también la sufre el Seminario Mayor de León que aunque ha mantenido su cantidad de ingresos de manera estable en los últimos 14 años, no ha conseguido que su número de alumnos llegue a los 20. Posibles causas El envejecimiento de la población, más intenso entre el colectivo de sacerdotes católicos, y la falta de vocaciones entre los jóvenes suelen ser citados como las causas fundamentales de la carencia de estudiantes en los seminarios. Juan José Andrés Nicolás, delegado pastoral vocacional juvenil y rector del Seminario de León, considera que la principal causa por la que se está produciendo esta crisis de seminaristas en la institución eclesiástica de la provincia es «el ambiente social en el vivimos en estos momentos, el descenso continuado de la natalidad y también el hecho de que hoy día haya otras ofertas escolares que antes no existían», así como afirma que «es cierto que hay una crisis y una reducción en el número de jóvenes que deciden hacerse sacerdotes, pero lo que también es cierto es que ha aumentado el número de gente de a pie que no se dedican a una vida pastoral y que si son cristianos». Sin embargo, en el estudio realizado por la Fundación Santa María, Jóvenes 2000 y religión , en una encuesta realizada por los autores, el celibato aparece como una de las barreras a la hora de que los jóvenes opten por la vida religiosa, hasta un 62% de los encuestados afirma que habría más vocaciones si los sacerdotes se pudieran casar. A este respecto Andrés Nicolás opina que «no lo pondría como principal razón, ni considero que sea un porcentaje tan alto de gente la que opine de esta manera, no descarto que haya gente que pueda pensar así, pero hay que fiarse en su justa medida de las encuestas». Visión negativa En el informe de la Fundación Santa María, también dedican un capítulo a las vocaciones sacerdotales con una encuesta sobre la percepción social que los jóvenes tienen de los curas y destaca un dato: en una lista de trece profesionales, ordenados por su utilidad social, los encuestados sitúan el sacerdocio en el penúltimo lugar sólo por delante de la carrera militar, «la Iglesia española suele estar muy mal considerada, ahora no tiene tanta credibilidad como antes, pero nosotros también miramos hacia el futuro y tenemos proyectos. Lamentablemente la imagen de la Iglesia es esa, pero eso no está bien estudiado», asegura Juan José Andrés Nicolás.

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