El futuro no tiene nombre propio

La implicación institucional ha sido en los últimos tiempos una referencia para Renfe. A través de este eufemismo se pretende expresar el interés de la compañía en involucrar a otras administraciones en la búsqueda de actividades complementarias o sustitutivas de las tradicionales a desarrollar por Renfe en sus talleres. Los dos últimos ejemplos están en Cornellá (Barcelona) y Alcázar de San Juan (Castilla-La Mancha). En el primer caso se creó la empresa Nertus, coparticipada por Siemens y Renfe en un 51% y un 49% de su capital. La firma asumió el contrato de mantenimiento de unidades eléctricas de cercanías en el taller de Cornellá, decisión que fue adoptada por el Consejo de Administración el pasado 29 de abril. Esta situación fue prevista en el contrado adjudicado a Siemens en el 2003, entre cuyas cláusulas se encontraba el compromiso de constituir en medio año una alianza estratégica con Renfe. Nertus se subrroga al contrato de prestación del servicio de mantenimiento que hasta entonces desarrollaba Siemens, lo que supone una internalización de cargas de trabajo para la empresa. La nueva sociedad anónima, al igual que en el caso de La Mancha y previsiblemente en León, sigue la línea estratégica de la Unidad de Negocio de Mantenimiento Integral de Trenes de participación al 50% en empresas mixtas de mantenimiento, que se inició con los contratos de material de alta velocidad. En el caso del taller de Alcázar de San Juan, Renfe creó una nueva empresa coparticipada con la corporación Albatros en un 20% y un 80%, respectivamente. Los trabajadores del taller pudieron optar por incorporarse a la nueva sociedad, bien rescindiendo su relación laboral conservando la antigüedad y manteniendo la posibilidad de ertorno, o solicitando una baja incentivada. Esa solución fue la única que se pudo dar al taller para garantizar la viabilidad de los recursos humanos e industriales.