La previsión a medio plazo es extender el servicio a toda la comunidad
«El fin último del transporte a la demanda es facilitar uno de los objetivos prioritarios de la Junta de Castilla y León, que es fijar la población en los pueblos de la comunidad». Así describió la filosofía del nuevo servicio el consejero de Fomento, Antonio Silván, que aunque reconoció que su puesta en marcha supondrá un importante esfuerzo económico para la Administración , lo justificó en la necesidad de «dar respuesta a una de las necesidades que tiene nuestra tierra por su extensión y la gran cantidad de pequeños núcleos urbanos que tenemos», dijo. Silván destacó el éxito de este servicio de transporte público a la carta en las 25 semanas de experiencia piloto que se llevan acumuladas en la comarca del Barco de Ávila, donde se habilitaron tres rutas de ida y dos de vuelta todos los lunes con este sistema. El promedio es de 14 llamadas semanales de vecinos que requieren que el coche de línea entre en su pueblo, la práctica totalidad de los cuales tienen edades superiores a los 50 años. Una comarca por provincia A la experiencia pionera de Ávila le seguirá ahora la de la Montaña de Riaño, comarca que según el consejero fue elegida por reunir todas las condiciones para requerir este servicio, como es la dispersión de pequeños núcleos urbanos, las malas condiciones orográficas y una población de cerca de 5.000 personas. En el año 2005 la Junta tiene planificado tener habilitado el servicio de transporte a la demanda en una comarca de cada una de las nueve provincias de la comunidad autónoma, según el consejero de Fomento, que añadió que el objetivo final más a medio plazo es universalizar este sistema para que todos los habitantes del medio rural de Castilla y León puedan tener acceso garantizado al transporte público siempre que lo necesiten.