Agricultura en embrión

El registro de la última anualidad cerrada por el consejo de agricultura ecológica de la autonomía no habla muy bien de la iniciativa de los productores leoneses. Este organismo controla casi un millar de hectáreas en la provincia de León destinadas a la producción o a albergar actividades ganaderas adscritas a esta fórmula. La cifra se aleja del porcentaje que representa esta denominación entre la producción agropecuaria de otras zonas españolas más avanzadas, involucradas ya en la oportunidad de comercio y progreso que ofrece el mercado de estos productos cualificados. El censo del sector agrícola o ganadero en León con el sello eco se resume con estos número: 38 operadores (13 de ellos dedicados a la elaboración); 978 hectáreas, casi la mitad de cultivos de cereales o leguminosas y una explotación de apicultura ecológica. El balance productivo de León ofrece una sensación raquítica en un sector que entre los expertos se presenta como la tabla de salvación, la alternativa para sostener la economía en el mundo rural. En auxilio de esa escasez acude, sin embargo, la industria de transformación de productos agrícolas o ganaderos del campo leonés. Por ejemplo, las tres embotelladoras de vinos extraídos en exclusiva de las poco más de sesenta hectáreas de viñedos con el sufijo ecológico de la provincia leonesa; u otras dos actividades de manufacturación o conserveras de zumos o vegetales derivados de las 0,16 hectáreas de árboles frutales censados bajo el control del consejo de agricultura ecológica. Otros dos operadores elaboran productos aromáticos o medicinales, el mismo número de los que se dedican a la fabricación de pan o pastas alimenticias; la actividad industrial más destacada en relación con la agricultura ecológica se relaciona con la manipulación o envasado de granos, con un registro de cuatro envasadoras a finales del año pasado. El consejo que controla, certifica y censa las actividades agropecuarias con denominación de origen de agricultura ecológica en la provincia de León también tiene por propósito el fomento del desarrollo de esta actividad según se recoge en el reglamento de la Unión Europea del año 1991, que dispone las normas técnicas en relación a la producción agrícola y ganadera. Si se observa la producción y el terreno ecológico a nivel nacional extraña el porcentaje insignificante que la provincia leonesa aporta al contenido global; de 665.054 hectáreas, en datos del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, León no alcanza un millar a pesar de ser uno de los territorios con mayor presencia de población dedicada a las tareas del campo y de superficie destina da a cultivos o actividades ganaderas. El desglose de estos porcentajes se establece -además de los terrenos destinados a producción de cereales antes destacados- en seis hectáreas y media de cultivos de hortalizas, siete hectáreas de superficie ocupada por plantas aromáticas o medicinales y las referidas de viñedos y frutales; sobresale otra cantidad importante calificada para pastos y praderas (257 hectáreas) que no se corresponde con la nula presencia de explotaciones ganaderas de censadas por el consejo en esta clasificación: de acuerdo con esa fuente, León sólo cuenta con una explotación de apicultura capacitada para producir miel «ecológica». No se cuantifican animales, aunque en registros anteriores se asignaban a esta provincia 530 cabezas de ganado vacuno (productores de carne), cuatro centenares de ovejas, 200 cabras y un centenar de caballos alimentados y criados en entornos acordes a la norma que se requiere para adjetivar la producción de ecológica. Superada la exigencia que impone la norma, la producción se certifica con dos etiquetas (una de la UE y otro del consejo de Castilla y León (CAEcyL); cada vez más presentes en el mercado, aún escasos en León.