El Consejo de Ministros aprueba un Real Decreto basado en las buenas prácticas agrarias
El ministerio condiciona un giro en los usos agrícolas para lograr las ayudas PAC
Las normas que modifican los pagos directos se basan en el respeto al medio ambiente y al hábitat
A los condicionantes de sanidad y bienestar animal, la salud pública y el respecto al medio ambiente se une ahora el concepto de la condicionalidad, que marca el proceso de recepción de las ayudas directas que se establecen dentro de la Política Agraria Común. Agricultores y ganaderos verán sometida su actividad a normas reguladas por Directivas europeas estructuradas en tres campos; el suelo, la materia orgánica y la biodiversidad. Las ayudas previstas en la nueva PAC - y de las que son potencialmente beneficiarias en torno a siete mil explotaciones agrícolas o ganaderas leonesas- exigen, por ejemplo, mantener arbolado en los terrenos de pastos, destinar un mínimo de carga ganadera en pastos permanentes, no usar fertilizantes en terrenos encharcados o con nieve o construir estercoleros, fosas balsas en explotaciones ganaderas o no recurrir a la quema o arado de pastos. Estas condiciones se clasifican dentro de la defensa de biodiversidad que sustenta los principios de desarrollo sostenible recogidos en el Tratado de la Unión Europea y en la Constitución y que desde la pasada década inspira las políticas de apoyo al desarrollo agrario dentro la Unión Europea. Los pagos directos previstos para los productores se verán también afectados en le caso de no se cumplan medidas de conservación del entorno, que prohiben en este caso la quema de rastrojos (a excepción de los casos en que se recomiende por cuestiones fitosanitarias) o la eliminación de los restos de la cosecha o podas forestales. La protección del suelo del medio natural y la prevención contra la erosión asegura cinco normas de buenas prácticas que afectan a los agricultores y que se resume con la prohibición de labores en terrenos con pendientes medias de más del 10%; calendario de siembras, mantener cultivos leñosos de secano en parcelas en pendientes, tratar con estiércol las tierras de retirada, barbecho o no cultivadas o rotar cultivos en áreas de elevado riesgo de erosión. El concepto de buenas prácticas disimula las exigencias al agricultor.