Cembranos y los Escobares
El señorío poseía una casona solariega, ya desaparecida, pero el pueblo espera que se recuperen los escudos que escoltaban la balconada como símbolo de la heráldica leonesa
Como tantos monumentos y casonas ilustres de nuestro León y su provincia, le ha tocado sucumbir esta vez a la que fue casa solariega de los Escobares en el cercano pueblo de Cembranos, víctima -como casi siempre ocurre- de la apatía y el poco interés institucional por conservar un patrimonio vinculado tan estrechamente a la pequeña o gran Historia que ha ido forjando el ser y el sentir de todo el pueblo leonés. La densidad histórica de los Escobares, con títulos tan sonoros como Señores de Cembranos, Villátima y Rozuela, dueños y señores también del palacio del Marqués de Torreblanca, en plena plaza del Teatro o San Marcelo -hoy sede del Nuevo Recreo Industrial- dieron lugar a que sus posesiones y patrimonio en general, tuviesen el sello de nobleza que distingue a los linajes leoneses, cuyo origen está directamente vinculado al reconocimiento de la Realeza por servicios prestados a la Corona. Y aquí es donde este retablo, comprometido con las esencias leonesas, quiere lanzar una llamada de socorro para que los dos hermosos escudos que escoltaban la balconada de la casona de Cembranos, se recuperen para el acervo cultural leonés y pasen a engrosar el escuálido legado que nos ha llegado de tantas y tantas muestras heráldicas que adornaron las fachadas de palacios, palacetes y casas solariegas que se prodigaban a lo largo y a lo ancho de toda la provincia leonesa que fue cabecera del primer reino consolidado tras la Reconquista española. Para un mejor reconocimiento de estos dos escudos, cuya fotografía reproducimos, queremos hacer notar que los mismos habitantes del pueblo de Cembranos están «con la mosca detrás de la oreja», según pudimos comprobar en nuestra reciente visita al lugar donde se encontraba la casona en cuestión, pues de momento está un poco confuso el paradero de los mismos, aunque corre el rumor de que pudieran ser colocados en sendas peanas ubicadas en la plazoleta de origen. Alcalde y presidente Todo esto nos remite a una especie de premonición contenida hace 35 años en el curioso libro León y la Tragedia de don Pedro Balanzátegui Altuna, cuyo autor, José Eguiagaray Pallarés, que fue alcalde de León y presidente de la Diputación, decía lo siguiente, a propósito de estos escudos: «Bien merecerían que se les considerara de interés Nacional y que se colocara, en el espacio que como plaza rural existe ante la fachada que los ostenta, alguna indicación que atrajera la curiosidad de los numerosos pasajeros que circulan por la carretera próxima de León a Benavente». El señorío Los vecinos -mosqueados, como decíamos anteriormente- hablan casi en voz baja de lo fulminante que fue la demolición de la casa y lo intempestivo del horario en que lo hicieron, casi como para que el pueblo se encontrase de la noche a la mañana con los hechos consumados, pues en ningún momento hubo información a los ciudadanos de que iban a desaparecer sus señas de identidad con el pasado histórico del señorío de Cembranos. Don Pelayo de Asturias Hay que matizar, desde este Retablo, que uno de los escudos, que se considera de un alto valor heráldico, contiene en su base, la siguiente cartela: «Cuando el Ynfante don Pelayo partiera de las Asturias donde recoxió y a recobrar a España viniera Pedro Sánchez de la Carrera en su servicio continuo, llevó y fue el primer hombre que en León entró por cima del muro de Puerta Castillo, con toda la gente de que era caudillo, la seña cristiana en el pueblo extendió». Ambos escudos han sido exhaustivamente estudiados, y magníficamente detallados por Pío Cimadevilla Sánchez en su documentado trabajo Repertorio Heráldico Leonés, que en su segundo volumen les dedicó nada menos que las páginas 147 a 150, por lo que remitimos a esta publicación a quienes sigan con interés las tradiciones leonesas.