Diario de León

| Reportaje | El día después del Niño |

La resaca de los décimos

La mayoría de los afortunados con el segundo premio de la lotería lo celebraron por todo lo alto durante casi toda la noche e, incluso, en Puente Almuhey había vecinos a mediodía que no habían dormido

Javier Díaz contempla su décimo con cara de no creérselo todavía

Javier Díaz contempla su décimo con cara de no creérselo todavía

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José María Campos - corresponsal | cistierna
León

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El día después de la celebración del sorteo del Niño y de que la montaña oriental leonesa recibiera 32 millones de euros, la normalidad volvía a las calles de la villa de Cistierna y a los pueblos de la zona de Puente Almuhey y Crémenes. Lo que sí se notaba a medida que se hablaba con muchos de los afortunados es que la fiesta del día anterior se había alargado más de lo normal. Ayer fue el día de la resaca de la celebración de los décimos del segundo premio de la lotería del Niño. Todos coinciden en que la fortuna va a permitir tapar algunos agüjeros que en su mayoría, suelen ser hipotecas y préstamos, según comentan. Los hay que proyectan mejoras en sus trabajos, como un ganadero que señala que hacía algún tiempo que tenía pensado cambiar la sala de ordeño. «Ahora ya ni me lo pienso, habrá que cambiar y modernizarla», manifestaba. Puente Almuhey ha sido uno de los lugares donde las celebraciones han sido más efusivas y prolongadas. Hay que recordar que fue la librería Ana la que más series vendió y más millones hizo ganar a las gentes de la comarca. Testigo directo de esa efusividad ha sido Ana Rojo, la propietaria del establecimiento de Puente Almuhey que a lo largo de la mañana no ha hecho más que recibir besos y abrazos de más de medio centenar de afortunados a los que había vendido uno, dos y hasta seis décimos. Más de uno llegó a dar las gracias a Ana con una gran resaca de no haberse aún acostado. Pero como era de esperar, el día después el protagonismo pasó a los bancos.

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