La industria ofrece en León el cupo de remolacha que no cubre el Sur

En círculos próximos al sector -aún sorprendido al saber de los planes de la industria azucarera- se comparten opiniones contrapuestas ante la inminente llegada a León de cupo remolachero que queda sin cubrir en el sur de España. Parte analiza el movimiento como un golpe mortal a la negociación pendiente de la OCM del azúcar; otros, sin dejar de constatar la libertad de elección del productor, lo ven como una posibilidad de futuro que no debe dejar pasar el agricultor leonés si quiere verse a medio plazo en una producción rentable y competitiva. La parte empresarial no se detuvo ante la posible división de opiniones y, según ha podido conocer este periódico, ya ha iniciado la oferta de nuevo cupo entre los agricultores leoneses que, no obstante, conocer que el precio de esa nueva producción será menor que el pactado actualmente. Según varias fuentes, el recorte se estima en torno a los 12 euros; (de 8.000 a 6.000 pesetas por tonelada). Es posible que el sector empresarial lleve esta misma semana la propuesta de traslado de cupo a la mesa interprofesional que se va a celebrar en Valladolid; en ese ámbito podría concretar aspectos técnicos de la oferta: qué tipo de remolacha se va a producir, qué precio reportará y dónde se va a producir, de tal forma que los agricultores tengan criterios objetivos para valorar su rentabilidad sobre costes de transporte o similares. El mismo interrogante aplicará el sector agrario dispuesto a tomar esta oferta como un medio de mejora de su renta en torno a conocer sí esa remolacha es reportable a la nueva campaña. Algunos expertos no han dudado en leer este movimiento empresarial -que ha pillado con el paso cambiado a los responsables políticos de los gobiernos central y autonómico- como una cobertura contra el temor a una reacción psicológica entre los agricultores a no sembrar remolacha en la campaña de tránsito hacia la nueva aplicación de la OCM. Esta iniciativa comercial, que no es más que el traslado a la zona norte del cupo productivo que no ha cubierto el sur (la cosecha de más de dos mil quinientas hectáreas o, aproximadamente, 300.000 toneladas) aparenta un negocio aceptable para la industria azucarera, por la ecuación del aumento de la producción a menores costes. El movimiento se interpreta como un respaldo indirecto a las teorías que abanderó Fischler y que ponía en tela de juicio la sostenibilidad del cultivo de remolacha en la mayor parte de España. De hecho, la iniciativa de la oferta directa de industria a agricultor lleva impreso un precio por tonelada que ronda el límite de la primera propuesta de reforma de la organización común del mercado de azúcar. Por debajo de ese precio los agricultores leoneses ponen pegas a la propuesta.