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| Reportaje | A pocas horas de la noche más loca |

La juerga continúa

Los bañezanos disfrutan de un día más de Don Carnal: los niños son los protagonistas del desfile, pero ya antes de comer algunos, disfrazados, se adelantan a lo que será la Noche Bruja

La caravana infantil sirve de pretexto a muchos mayores para desfilar por segunda vez

Publicado por
Alberto Domingo - la bañeza
León

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El lunes carnavalero no es festivo en La Bañeza, al menos por la mañana. El comercio abre, pero tampoco es cuestión de matarse. Son muchos, cada vez más, los que hacen puente. Así, lo normal es salir a la calle y encontrarse un cazador, con conejo vivo y todo, un pescador, una pareja escocesa -el con gaita y ella con pandereta-... El prólogo de la noche bruja. El Ayuntamiento dormita y un payaso, que dice que llegó en el vuelo del pregón, pinta retratos en la recepción de tan oficial edificio y saca para unos cortos. Algunos funcionarios se han vestido de mafiosos y llaman a la prensa para lo de la foto. A mediodía, la nieve amenazó con estropear el desfile infantil, pero fueron cuatro copos. Sin embargo, poco antes de su hora de inicio, la lluvia amenazaba con la suspensión, pero tampoco: los grupos tomaban posiciones en el punto de partida y, aunque con retraso, la caravana del Carnalín -sin don, porque aún no es bachiller- salió y cubrió su recorrido. Magníficos disfraces El desfile de los pequeños no desmerece en lo que a disfraces se refiere. Coches, señales de tráfico, serpientes de cascabel, seres de otra galaxia, esquimales... También hay niños que van por libre -como los barrenderos de badenes- y mayores disfrazados de niño -con aro o patinete- que se cuelan en el desfile. Otros adultos desfilan porque alguien tiene que ir con los pequeños, ¿pero quién cuida a quién? El público observaba desde las aceras, al resguardo del paraguas o del porche. Ayer había más cámaras de fotos y de video en manos de los espectadores que el domingo, porque los niños también adoran a Don Carnal.