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Según el tratado, todos somos iguales y optamos a los mismos derechos

La discriminación, una mala actitud prohibida en la Constitución Europea Un cómic muy didáctico

Se trata de un comportamiento social que considera inferiores a los demás por varios motivos

Publicado por
León

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Continuando con el aprendizaje de la Constitución Europea, analizaremos hoy otro de sus artículos más importantes, el derecho a la no discriminación. Si nos paramos a pensar detenidamente, son muchos los casos de discriminación que se suceden cada día, incluso alrededor nuestro y es posible que incluso hayamos sido víctimas no hace mucho tiempo de esta actitud. Pero, ¿qué es la discriminación? Según la Real Academia de la Lengua, se trata de un comportamiento social que separa y considera inferiores a las personas por su raza, clase social, sexo, religión u otros motivos ideológicos. Por ejemplo, cuando no queremos que un compañero del colegio juegue con nosotros porque el color de su piel es distinto al nuestro o porque su cultura le impone unas costumbres diferentes a las nuestras, le estamos discriminando. Estas actitudes hacen mucho daño a quien las sufre y crean malas costumbres, por eso, hemos de tratar de terminar con la discriminación que hay en el mundo, y la mejor forma de hacerlo es empezar a no discriminar nosotros mismos, con lo que daremos ejemplo a quienes nos rodean. Según el artículo II-81, se prohibe toda discriminación y, en particular, la ejercida por razón de sexo, raza, color, orígenes étnicos o sociales, características genéticas, lengua, religión, convicciones, opiniones políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual. También se prohibe toda discriminación por razón de nacionalidad en el ámbito de aplicación de la Constitución y sin perjuicio de sus disposiciones particulares. Aunque éste último párrafo sea un poco más difícil de comprender, lo más importante es saber que, según la Constitución Europea, todos somos iguales porque, al fin y al cabo, todos somos personas, da igual que seamos niños que adultos, que nuestra religión sea católica o musulmana o que la piel de nuestro cuerpo sea de un color diferente. Eso es lo de menos, lo que no debemos olvidar es que estas diferencias no nos dan derecho a discriminar a los demás, y tampoco otras muchas. Un ejemplo para tomar nota Y para ejemplo, el del Gobierno español que lanzó ayer mismo una edición de la Constitución Europea en formato accesible para los discapacitados, que muchas veces son los grandes discriminados de nuestra sociedad. Así, se ha puesto a disposición de las personas con discapacidad el proyecto de Constitución Europea en formato accesible a sus deficiencias. Se han realizado cuatro versiones: un texto de fácil lectura, un DVD para personas con problemas auditivos y visuales, en lenguaje braille y en formato MP3. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó hace un par de meses un cómic, junto a la Federación Internacional de Fútbol, que va a ser repartida por varios países del sur de África para que informar a los jóvenes africanos sobre la enfermedad del sida. El objetivo principal es luchar contra la discriminación que, todavía hoy, sufren los afectados por el VIH. El cómic cuenta que un día, los amigos de Freddy dijeron que no querían volver a jugar con él al fútbol. El motivo de esta drástica decisión no fue ni un enfado ni una pelea. La causa para dar de lado a su compañero fue el miedo al VIH. Cuando Freddy confesó a sus colegas de equipo que su madre era seropositiva pensaron que sólo por jugar con él, un niño totalmente sano, podían desarrollar el sida, pero se equivocaban.

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